De nuevo con una previsión de bastante calorcito tal como está acompañando
durante toda la Semana Santa, nos hemos reunido en la Plaza Mayor un quinteto
compuesto por Alberto, Jorge, Horacio, Perejil y Rafa. Al igual que el domingo
pasado se unieron también al grupo Pablo y Javi, además de nuestro amigo Raúl,
que ya nos ha acompañado en anteriores ocasiones.
En esta ocasión habíamos planificado realizar la segunda de las rutas “de
entrenamiento” con vistas a la “Toledo-Villa del Prado” prevista para el
domingo que viene, con dos opciones “sobre la mesa”, siendo elegida la opción
de Rozas de Puerto Real (entre las pestes de Perejil, que se quejaba de que
cada día que sale le llevamos p’arriba).
Y así, entre varios “juramentos en arameo” por parte de Perejil, echamos a
rodar con rumbo norte saliendo del pueblo por el antiguo camino de San Martín
de Valdeiglesias, subiendo todos a buen ritmo (menudas liebres teníamos) menos
Perejil, al que teníamos que esperar durante unos minutos en las dos puertas de
paso durante el camino.
Tras agruparnos en el alto en la ladera del cerro de Santa Lucía,
descendimos unos metros y giramos a la izquierda para incorporarnos a un
cortafuegos “sube-baja” que recorrimos hasta llegar a los pies del cerro
Otanejo, donde tomamos un senderito que transcurre junto al arroyo del Bodegón
y que nos llevó hasta la Cañada de Talavera.
Al llegar a la Cañada de Talavera, giramos a nuestra izquierda para hacer
frente a la cuesta asfaltada, esperando de nuevo a Perejil en el alto para
continuar después bajando hasta la carretera N-403, a la que nos incorporamos
durante unos pocos metros hasta desviarnos a la izquierda para abandonar el
asfalto y tomar un camino para dirigirnos hacia la laguna del Manantial del
Andrinoso.
Bordeamos la laguna por un sendero y cruzamos a continuación el arroyo del
Linar para dirigirnos hacia la carretera M-541, la cual atravesamos para
enlazar con la vía Pecuaria del arroyo del Boquerón, donde unos metros más
adelante comenzaríamos el bonito ascenso entre los pinos hacia Cadalso por la
ladera de La Nava del Cerro, durante el que aprovechamos para hacernos un par
de fotitos de grupo.
Llegamos a Cadalso de los Vidrios y bordeamos el pueblo para cruzar la
carretera M-541 y tomar el camino de la Higuera, que “picando para arriba” transcurre
bordeando por su cara norte el pico “Lancharrasa” (el hermano de la Peña de
Cenicientos), situado al oeste del pueblo de Cadalso.
Tras recorrer el camino salimos a la carretera M-546, por la que rodamos
unos dos kilómetros hasta llegar a Rozas de Puerto Real, atravesando a
continuación el pueblo para tomar durante unos metros la carretera M-507 y casi
al final del pueblo nos desviamos a la derecha por una calle que nos llevó
hasta una parte del castañar de Rozas de Puerto Real que recorrimos bajando por
un senderito entre los castaños hasta llegar a una fuente, donde además de
reponer agua hicimos la “parada barrita” de la jornada.
Tras reponer fuerzas, reanudamos la marcha para continuar bajando por el
sendero hasta la carretera M-501, que cruzamos para por otro senderito enlazar
con la Cañada Real Leonesa Oriental o "GR-180", por la que al cruzar
un arroyo……¡¡PUM!! (reventón de Rafa en la rueda trasera), lo que ocasionó una
parada obligada para subsanar el imprevisto.
Una vez arreglada la rueda, reanudamos la marcha para recorrer por la
Cañada unos ocho kilómetros que nos llevaron a pasar por Navahondilla, bordear
Navahonda y finalizar junto a la carretera AV-904 en las cercanías de los
"Toros de Guisando".
Enlazamos a continuación con la carretera M-501, que venía con un montón de
tráfico (de hecho unos metros más adelante estaban los coches ya parados) y por
la que recorrimos alrededor de un kilómetro hasta desviarnos a la izquierda
para abandonar el asfalto y tomar el GR-10 con destino a San Martín de
Valdeiglesias bajo un solecito que ya calentaba “lo suyo”.
En San Martín hicimos una nueva paradita de relax en un parque para reponer
agua y a continuación reanudamos la marcha para incorporarnos de nuevo al GR-10
con dirección a Pelayos, donde aprovechando que “picaba p’abajo” “las liebres”
se pusieron a darlo todo llevando al personal “con la lengua fuera”.
Llegamos a Pelayos y desde allí a la gasolinera, donde nos incorporamos
durante unos metros a la M-501 (de nuevo bien atascada) para enlazar con la vía
verde de Picadas, y otra vez “las liebres” se pusieron a “sacar brillo al plato”
dispuestos a “reventar al personal” con Raúl en cabeza poniendo un ritmo digno
de una carrera.
Tras recorrer toda la vía verde y hacer la subida por la carretera, hicimos
una paradita de reagrupamiento en el alto, para después bajar por la misma
carretera hasta desviarnos a la derecha para tomar el camino que transcurre por
detrás del Safari-Park, por el que enlazamos con el camino del Molino de Rodeles
hasta llegar a la carretera M-507 a la altura de El Rececho, para cruzar la
carretera y enlazar con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por
el que regresamos al pueblo todos menos Perejil que prefirió tomar la
carretera.
En una jornada en la que hemos pasado bastante calor, nos hemos
"metido para las patas" un bonito rutón de entrenamiento de casi 68
kilómetros, de nuevo con la "única pega" de que nos fuimos bastante
de hora, llegando al pueblo a las dos la tarde.
Y el
domingo que viene....¡¡De Toledo a Villa del Prado!!.
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