Tras algunos domingos de “calorcito”, en esta ocasión el día ha amanecido fresquete y con un buen airecito, lo que no ha impedido que en la Plaza Mayor a nuestra hora habitual nos reuniéramos un buen grupete compuesto por Eltiolavara, David, Gabri, Horacio, César, Nacho, Jorge y Rafa.
Como la mañana estaba fresca (al menos al inicio), nada mejor que empezar subiendo para entrar pronto en calor, por lo que dejamos la Plaza Mayor para dirigirnos hacia el norte y tomar el antiguo camino de Villa del Prado a San Martín de Valdeiglesias, por el que ascendimos hasta llegar a la Cañada de Talavera.
Nos incorporamos a la Cañada de Talavera y allí nos encontramos con nuestro amigo Javi, de Almorox, que se unió al grupo como es habitual cuando coincidimos por el monte y a continuación descendimos por la Cañada hasta las cercanías de la carretera M-507, donde tomamos un camino entre los pinos a nuestra derecha que nos condujo hasta la carretera N-403.
Atravesamos la carretera N-403 y rodamos en paralelo a la misma para posteriormente girar a la izquierda y tras descender por un cortafuegos y cruzar el cauce seco del arroyo Tordillos incorporarnos al camino del Canto del Agua, por el que pusimos rumbo hacia Cadalso de los Vidrios.
En el Canto del Agua hicimos la “parada barrita” de la jornada además de una fotito de grupo para continuar después hacia Cadalso de los Vidrios, desde donde tomamos un sendero que nos llevó hasta la carretera M-507 para cruzar la misma y continuar por otros senderos por el Cerro de Mingo Chico.
Los senderos nos llevaron hasta la pista asfaltada de las canteras, desde donde por un camino enlazamos con la Cañada de Talavera, por la que rodamos algo más de tres kilómetros para tras pasar bajo la carretera N-403 comenzar a ascender hacia la urbanización de El Encinar del Alberche por la ladera del cerro de Pino Romero.
Atravesamos a continuación la urbanización para descender por un camino hasta el arroyo Arrofresnos y tras subir un buen rampón del 23% dirigirnos hacia el Polígono Industrial de Villa del Prado, donde terminamos la ruta tras realizar un bonito recorrido de unos 35 kilómetros en los que como es habitual hicimos nuestros mil metros de desnivel acumulado.
Y tal como nos había prometido César durante la semana, finalizamos la jornada dirigiéndonos a la Plaza Mayor, donde con buen ambientillo por celebrarse la festividad de San Isidro nos tomamos unas cervecitas a su salud con motivo de su cumpleaños.
¡¡Muchas felicidades, César!!
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