lunes, 5 de agosto de 2019

Domingo 4 de agosto de 2019 (De senderos por el cerro de San Esteban)


Continuamos con los calores del verano, y listos para darle al pedal en esta jornada nos hemos reunido en la Plaza Mayor a las nueve un buen grupito compuesto por Eltiolavara, Horacio, Transcastro, César, Perejil, Senderitos y Rafa, que volvía al grupo después de “hacer pellas” los últimos domingos.
Como la previsión meteorológica era de calorcito, nada mejor que planificar un bañito a mitad de ruta, así que pusimos nuestro objetivo en el cerro de San Esteban junto al embalse de San Juan, donde se podría rodar a la sombrita y darnos un baño antes de emprender el camino de regreso al pueblo.
Y con ese rumbo abandonamos nuestra localidad por el antiguo camino de Pelayos de la Presa a Villa del Prado entre las habituales “pestes” de Perejil, al que no le agradaba mucho la idea de comenzar la ruta “subiendo”, lo que pudimos comprobar durante el ascenso ya que el perfil “se le atragantó” desde las primeras cuestas.
Tras realizar el ascenso, nos reagrupamos en la ladera del Cerro Rojo, desde donde descendimos a continuación hasta la Cañada de Talavera llegando junto a la laguna del arroyo de Las Labores, desde donde tomamos el cortafuegos que sube hacia el cerro de las Mucas para “terminar de calentar las patas”.
A mitad del cortafuegos tomamos un camino-sendero entre los pinos por el que enlazamos con otro nuevo cortafuegos, esta vez el que divide el cerro Valdenoches, por el que descendimos hasta llegar a un pinar en las cercanías de Pelayos de la Presa, para a continuación bordear el pueblo y dirigirnos hacia el GR-10 pasando junto al monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias.
Tras rodar unos metros por el GR-10 con dirección a San Martin de Valdeiglesias, nos desviamos a la derecha para comenzar a ascender hacia el cerro San Esteban ya con bastante calorcito, a pesar de ser el ascenso en su mayor parte a la sombra de los pinos, descendiendo a continuación por una trialera con bastantes piedras y un par de pinos tronchados que nos llevó hasta las cercanías del embalse de San Juan, recorriendo un precioso sendero junto al mismo hasta llegar a la arena del embalse, donde hicimos la “parada barrita” de la jornada mientras Transcastro y Rafa aprovechaban para darse un bañito, haciéndonos también allí nuestra habitual fotito del grupo.
Tras reponer fuerzas, reanudamos la marcha y ahora tocaba de nuevo ascender, ésta vez por la cara norte del cerro haciendo frente a algún tramo técnico de raíces y sobre lanchas de piedra que aunque algo durillo resulta muy bonito y divertido, aunque en esta época está muy deslucido al estar todo el campo tan seco.
Después de “sufrir” en la subida, a continuación tocaba disfrutar del descenso, para lo que enlazando sendero tras sendero (de los muchos que recorren el cerro) “lo pasamos pipa” hasta llegar de nuevo junto al monasterio de Santa María la Real, desde donde nos dirigimos hacia la carretera M-501 para tomar la misma durante la distancia necesaria para enlazar con el comienzo de la vía verde de Picadas.
Con un ritmito “considerable” llegamos hasta el muro de la presa para continuar después con el ascenso por la carretera y posterior descenso hasta enlazar con el camino que transcurre por detrás del detrás del Safari Park hasta conectar con el camino del Molino de Rodeles que nos llevó junto a la carretera M-507 a la altura de El Rececho.
Atravesamos la carretera y enlazamos con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que realizamos los últimos kilómetros de la ruta, dirigiéndonos a continuación hacia la Plaza Mayor, punto de inicio de la ruta, para “refrigerar” unas gargantas que venían bastante secas debido a que ya el sol “zurraba bien”.
Y reponiendo líquidos hemos terminado una jornada en la que nos ha salido una bonita ruta de unos 41 kilómetros en la que hemos disfrutado de muchos senderitos, tanto de subida como de bajada, pasando como es habitual en nuestras rutas una mañana estupenda de bici.

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