miércoles, 14 de agosto de 2019

Domingo 11 de agosto de 2019 (Visitando las tierras quemadas)


Llegó un nuevo domingo y en la Plaza Mayor a nuestra hora habitual nos hemos juntado un estupendo grupo compuesto por Eltiolavara, Horacio, Transcastro, Jorge, Perejil, Nacho, Senderitos y Rafa, uniéndose también a nosotros Juan Carlos el “Presi” de la U. C. Villa del Prado y Luis, un amigo de Nacho que se animaba por primera vez a compartir una jornada en nuestra compañía.
Mientras debatíamos hacia donde encaminarnos, alguien propuso visitar la zona quemada recientemente por el incendio que el mes pasado afectó a la zona de Almorox, Cenicientos y Cadalso de los Vidrios, y que hasta ahora habíamos evitado para no “desanimarnos” contemplando semejante catástrofe, así que con ese objetivo echamos a rodar.
Abandonamos la Plaza Mayor para encaminarnos hacia el Polígono Industrial y desde allí tomar el antiguo camino de Almorox, donde pronto comenzamos a hacer frente a algunos buenos repechos del 15% y 16% que nos hicieron entrar en calor.
Con Perejil unos metros más atrás cerrando el grupo (como es habitual últimamente) afrontamos el ascenso de aproximadamente un kilómetro desde el arroyo Arrofresno hasta El Encinar del Alberche, donde hicimos una parada de “reagrupamiento” al llegar junto a la puerta de 8ª fase.
Continuamos después recorriendo el cortafuegos que bordea la urbanización por la parte sur para a continuación tomar un par de calles y enlazar de nuevo con otro cortafuegos, ésta vez el que limita la urbanización por el oeste y que sirve de límite entre las provincias de Madrid y Toledo, y en el que tuvimos que hacer frente a unas buenas rampas, incluido algún tramo del 24% de inclinación donde algunos tuvieron que poner “pie a tierra”.
De nuevo nos reagrupamos al “coronar” junto a la puerta de entrada a la urbanización desde el pinar, para tras unos segundos, continuar descendiendo unos metros por la pista hormigonada con dirección hacia la urbanización de El Romillo hasta desviarnos a la derecha y tomar un bonito camino entre los pinos por el que realizamos un divertido descenso hasta llegar a la carretera N-403, pasando bajo la misma por un tubo para tomar un senderito con el que enlazamos con la Cañada de Talavera.
Rodamos a continuación por la Cañada de Talavera durante algo más de cuatro kilómetros, internándonos ya en la zona quemada, donde pudimos contemplar con desolación como “el negro” es el color dominante, a pesar de que algunas pequeñas hierbas van comenzando a brotar en el suelo quemado.
Abandonamos la Cañada desviándonos a la derecha para tomar dirección hacia Cadalso, tomando una pista hormigonada durante unos metros y a continuación cruzando la carretera M-542 para tomar el camino de La Postura, que tras unos metros se convertía en un senderito por el que comenzamos a ascender con dirección hacia Cenicientos.
Continuábamos recorriendo la zona quemada como “atestiguaban” las marcas negras que iban quedando en nuestras piernas y brazos al rozarnos con las ramas de las jaras quemadas, recorriendo por un “anteriormente bonito” sendero la cara sur del cerro de Pedro Abad, hasta que salimos a un camino por el que llegamos de nuevo a la carretera M-542, a la que nos incorporamos durante un kilómetro y medio para llegar a Cadalso de los Vidrios.
Atravesamos la localidad de Cadalso para dirigirnos hacia el cementerio, lugar habitual de “repostaje” de líquido elemento, donde aprovechamos para realizar nuestra “parada barrita”, reanudando posteriormente la marcha para hacernos una fotito de grupo junto a una cruz del “Camino de Santiago” antes de poner rumbo de regreso al pueblo.
Abandonamos Cadalso de los Vidrios y nos dirigimos hacia la zona de “El Piquillo”, por la que rodamos sobre lanchas de piedra para después internarnos entre los pinos para recorrer “La Nava del Cerro” y realizar un divertido descenso hasta llegar al comienzo de la vía pecuaria del Boquerón, llegando después hasta la carretera M-541 y cruzando la misma para tras pasar junto a la laguna del manantial del Andrinoso incorporarnos unos metros a la carretera N-403 y dirigirnos hacia la Cañada de Talavera.
Descendimos por la cuesta asfaltada y posteriormente abandonamos la Cañada para incorporarnos al antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado, por el que pusimos rumbo hacia el pueblo.
Antes de comenzar el descenso final hasta el pueblo nos desviamos a la izquierda para tomar el camino que recorre la ladera del cerro Lucía pasando por una explotación ganadera abandonada y enlazar a continuación con el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos de la Presa, recorriendo unos metros por el mismo hasta desviarnos a la derecha y tomar como es habitual el divertido senderito que lleva hasta detrás del depósito del agua de Villa del Prado y continuar desde allí hasta el pueblo.
A pesar de que ha hecho calor, no ha sido tanto como los domingos anteriores, pero igualmente al final de ruta hemos “recuperado líquidos” tomándonos una merecida cervecita tras realizar una bonita ruta (a pesar de recorrer la zona quemada) de unos 41 kilómetros, durilla al pasar de los mil metros de desnivel acumulado.
Aunque el “debutante” Luis terminó con una buena paliza, esperemos que disfrutara de su primera experiencia con nosotros y se anime a repetir en el futuro.

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