Tras nuestro rutón de Segovia a Villa del Prado, volvemos a nuestro horario
habitual de salidas, es decir a las nueve de la mañana, y en la Plaza Mayor nos
hemos reunido un buen grupito compuesto por Eltiolavara, Horacio, Transcastro,
Senderitos, Perejil, Noesperoanadie, Jose y Rafa por el Club, además de Pablo
el sobrino de Senderitos y César, que de nuevo había bajado desde El Encinar
para acompañarnos en nuestra ruta.
Mientras debatíamos hacia donde encaminarnos, llegaron a la plaza un
grupito de la U.C. Villa del Prado, encabezado por su Presidente Juan Carlos y
acompañado por Javi “Tresme”, Ricardo y Mónica Varas, que nos propusieron
realizar con ellos el recorrido de la marcha del próximo domingo “Huerta y
Vino”, a lo que “por supuesto” aceptamos.
Y así comenzamos la ruta echando a rodar con dirección sur para dirigirnos
hacia el cementerio e incorporarnos al antiguo camino de Villa del Prado a La
Torre de Esteban Hambrán, por el que con un terreno favorable “picando p’abajo”
rodamos a buen ritmo durante unos seis kilómetros hasta llegar al “Charco del
Arropino”, donde nos incorporamos al camino de Las Migueras para cruzar el
arroyo Arrofresnos, y continuar rodando en dirección sur en paralelo al río
Alberche.
Enlazamos a continuación con el camino de Montrueque, que ahora “picando
p’arriba” nos llevó hasta la carretera M-540 para atravesar la misma y
continuar por un camino hasta enlazar con el antiguo trazado del ferrocarril
Madrid-Almorox, por el que continuamos rodando durante poco más de un kilómetro
hasta llegar a la finca “La Blanca”, donde giramos a la izquierda para dirigirnos
hacia la carretera M-540, rodando a continuación por un senderito en paralelo a
la misma hasta llegar casi a la entrada de la urbanización de “Las Hoyas”.
Bordeamos la urbanización de “Las Hoyas” por un camino ascendente hasta
llegar a la zona de Valdeolivas, donde tuvimos que realizar una parada para
solucionar un pinchazo en la rueda trasera de César, y que al estar parados un
rato avisamos a Juan Carlos para que no nos esperaran y continuaran ellos con la
ruta a su ritmo.
Tras arreglar el pinchazo, reanudamos la marcha y desde la zona de
Valdeolivas comenzamos a ascender hacia el cerro de Los Valles para llegar
hasta las cercanías de El Encinar del Alberche, desde donde a continuación
tocaba un divertido descenso entre las jaras por la ladera del cerro de Los
Valles hasta llegar a una laguna, desde donde de nuevo teníamos que ascender
hasta prácticamente el mismo sitio desde donde habíamos comenzado el descenso.
Mientras recorríamos la zona de El Quejigal, nos encontramos con Javi “Padrós”,
al que convencimos para que se uniera a nosotros para descender a continuación
hasta el arroyo Arrofresnos y de nuevo comenzar a ascender hasta coronar el
Cerro Crespo, desde donde tras recorrer diversos senderos incluido un rampón
del 23% de inclinación llegamos al polígono industrial de Villa del Prado.
Más o menos esa era la primera parte de la ruta, ya que ahora tocaba
continuar con la parte de “montaña” ascendiendo por el antiguo camino de San
Martín de Valdeiglesias, en el que Senderitos y Jose abandonaron el grupo alegando
“compromisos” y se dieron la vuelta a mitad del ascenso, mientras el grupo
restante compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Horacio, Javi “Padrós”,
Noesperonadie, César y Rafa completamos el ascenso y en una parada a la
sombrita de un pino nos hicimos la “fotito de grupo” de la jornada, aunque ya
habíamos perdido a varios integrantes.
Como ya íbamos mal de hora, valoramos sobre si continuar la ruta o acortar
y dirigirnos hacia el pueblo a tomarnos unas cervecitas, “triunfando” la
segunda opción (como era de esperar), con lo que con esa idea reanudamos la
marcha recorriendo el camino que transcurre por la parte sur del cerro de La
Puebla y del cerro Rojo para dirigirnos hacia el camino de Pelayos de la Presa
a Villa del Prado, por el que comenzamos el descenso con dirección al pueblo
hasta desviarnos como es habitual en la parte final a la derecha para tomar el
senderito que conduce hasta el depósito del agua y desde allí terminar finalmente
en el pueblo, dirigiéndonos hacia la Plaza Mayor para tomarnos allí unas
refrescantes cervecitas.
Aunque no hemos realizado la ruta completa, nos ha salido un recorrido de
unos 46 kilómetros en el que se nos hizo “extraño” subir por el camino de San
Martín tras llevar 30 kilómetros en las piernas, ya que siempre lo hacemos “desde
cero”.
Y el próximo domingo, ahí estaremos realizando en su totalidad el recorrido
de la marcha “Huerta y Vino” en nuestra localidad, esperando que no haga tanto
calor como el año pasado, ya que el recorrido es “durillo”.
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