jueves, 22 de noviembre de 2018

Domingo 18 de noviembre de 2018 (Disfrutando de los senderos del cerro San Esteban)


Hoy la jornada ha amanecido nublada y con bastante mala pinta, lo que nos ha obligado a echarnos a la mochila el chubasquero no fuera a pillarnos una “chuza” de agua durante la ruta…..¡¡que ya vamos teniendo una edad y podemos resfriarnos!!.
Fieles a nuestra cita hoy nos hemos reunido Eltiolavara, Alberto, Transcastro, Horacio, Mariano, Rafa y Nacho, que se ha animado a salir con nosotros otro domingo más y que había venido desde Madrid “expresamente” para montar en bici en nuestra compañía.
Debatiendo sobre hacia dónde dirigirnos en esta ocasión, Rafa propuso investigar un camino que habíamos divisado hacía un par de semanas cuando estuvimos visitando el vértice geodésico del Cerro Corrales y que recorría toda la ladera sur del Cerro de la Puebla, con lo que estando todos de acuerdo echamos a rodar como es habitual unos minutos después de las nueve.
Abandonamos el pueblo por el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias, con Horacio en cabeza del grupo con su “burra eléctrica” (joder, así da gusto, no apretando al pedal como los demás), con lo que al menos el resto del grupo nos encontramos las puertas abiertas al llegar a ellas y no teníamos que parar.
Realizamos los casi cinco kilómetros de ascensión hasta llegar al alto en la ladera del Cerro Lucía y nos reagrupamos allí para después continuar por el camino y dirigirnos hacia la Cañada de Talavera, aunque al llegar a la “bifurcación” de la “Casa de la Coneja”, nos desviamos a la derecha para continuar ascendiendo suavemente por la ladera del el Cerro de la Puebla hasta llegar a un “alto” entre éste cerro y el Cerro Temblón, donde nos desviamos a la izquierda para comenzar a subir por un cortafuegos.
Tras unos metros de subida por el cortafuegos, llegamos a “nuestro objetivo”, ya que tras una barrera comenzaba un camino que recorría toda la falda del Cerro de la Puebla hasta salir a un cortafuegos, y………¡¡allá que te va!! comenzamos a recorrerlo.
Aunque habíamos pasado muchas veces por delante de la barrera, nunca nos habíamos fijado, y resultó que el camino es muy bonito y con unas buenas vistas hacia el sur, con lo que quedamos todos muy contentos con la exploración, parando incluso para hacernos una fotito de grupo con las vistas.
Tras recorrer el “poco más” de un kilómetro por el camino, salimos al cortafuegos que va desde la cima del cerro de la Puebla hasta el camino de San Martín (y que separa los términos municipales de San Martín y Villa del Prado” por lo que nos tocó realizar unos metros de descenso con un desnivel “importante” y que algunos prefirieron hacer “a pata”.
Después de bajar por el cortafuegos, atravesamos el camino de San Martín y continuamos unos metros más bajando por cortafuegos hasta el arroyo del Bodegón, para dirigirnos desde allí hacia la Cañada de Talavera.
Cruzamos la Cañada de Talavera y continuamos con dirección hacia San Martín de Valdeiglesias por el camino-cortafuegos, donde hicimos una paradita para hacernos una fotito junto al “Canto del Pichón”, que Nacho aún no conocía.
Tras la fotito, reanudamos la marcha y nos incorporamos al camino de la Fuenfría hasta llegar a la carretera M-541, donde cruzamos la misma para continuar por el camino unos metros hasta desviarnos a la izquierda para dirigirnos al Alto de Castillejos y desde allí comenzar a descender por los senderos entre los pinos hasta llegar a la carretera M-501, con una paradita en el trayecto para nuestra “parada barrita”.
Cruzamos la carretera y atravesamos San Martín de Valdeiglesias hasta llegar a la antigua estación del tren, donde repusimos agua en la fuente para desde allí dirigirnos hacia el camino de Los Molinos y enlazar con el camino de San Esteban, por el que llegamos hasta las cercanías del cerro del mismo nombre.
Y allí comenzamos a senderear hasta llegar a los pies del cerro, donde al empezar a subir por los senderos y las lanchas de piedra nos encontramos con que se estaba disputando un “trail” (carrera a pie), con lo que para no darnos la vuelta y como los corredores venían “con cuentagotas” nos metimos en el recorrido de la carrera.
Ascendimos por la ladera del cerro de San Esteban y a continuación disfrutamos mogollón descendiendo por varios senderos hasta llegar al GR-10, desde donde tomamos nuevamente otro sendero para dirigirnos hacia el muro de contención del embalse de San Juan, aunque en el trayecto tuvimos que hacer una paradita ya que Nacho rompió la cadena de la bici.
Tras reparar la cadena y pegarse Horacio un “porrazo” en unas piedras al no salir el pie de la cala, llegamos al muro de contención, que recorrimos para a continuación descender de nuevo hasta el GR-10 y desde allí a la gasolinera de Pelayos, desde donde a su vez tomamos unos metros la carretera M-501 hasta enlazar con el comienzo de la vía verde de Picadas.
Recorrimos toda la vía verde (con parada incluida para solventar un pinchazo de Transcastro) hasta llegar al muro de la presa, continuando después con la subida por la carretera y posterior descenso por la misma hasta desviarnos a la derecha para tomar el camino que va por detrás del Safari-Park.
Enlazamos después con el camino del Molino de Rodeles llegamos hasta la carretera M-507, cruzando la misma para incorporarnos después al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox y regresar al pueblo tras hacernos una estupenda ruta de unos 48 kilómetros en la que hemos disfrutado mogollón por los senderos del cerro de San Esteban, estando además el terreno espectacular.
El próximo domingo……..¡¡mas y mejor!!

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