martes, 7 de agosto de 2018

Domingo 5 de agosto de 2018 (Bañitos para combatir el calor)



En medio de la “ola de calor” que lleva acompañándonos varios días y dispuestos a sudar un poquito nos hemos reunido en la Plaza Mayor a la hora de siempre un quinteto compuesto por Eltiolavara, Horacio, Perejil, Transcastro y Rafa.
Con el pensamiento de acercarnos a alguna “masa de agua” donde darnos un bañito a mitad de la ruta echamos a rodar tras esperar unos minutos por si venía algún rezagado para dirigirnos hacia el norte e incorporarnos al antiguo camino de Pelayos de la Presa a Villa del Prado.
Eran las nueve y algo de la mañana y las chicharras estaban ya “dándolo todo” mientras ascendíamos a buen ritmo por el camino, con Perejil cerrando el grupo quejándose y “echando pestes” (para variar como cada vez que “tiramos p’arriba”).
Con bastante calorcito a pesar de ser “pronto” llegamos al alto en la ladera del Cerro Rojo, donde en vez de continuar hacia Pelayos nos desviamos a la izquierda para continuar ascendiendo unos metros por un camino antes de desviarnos a la derecha para por un cortafuegos comenzar a ascender por la ladera del “cerro de La Puebla”.
Molinillo “p’arriba” ascendimos por el cortafuegos (que a su vez es el límite entre los términos municipales de Villa del Prado y San Martín de Valdeiglesias) hasta llegar a la cima (936 metros) con Perejil coronando un ratillo después mientras al solecito y con unas impresionantes vistas de la zona hacíamos una “parada barrita” además de hacernos una foto.
Tras reponer fuerzas, retomamos la marcha realizando un vertiginoso descenso “ladera abajo” por el cortafuegos que con el bulldozzer recién pasado y el terreno “sin sentar” nos obligó a extremar las precauciones si no queríamos “salir por las orejas”, ya que en algunos tramo el “desnivel negativo” llegó hasta ¡¡el 31%!!.
El cortafuegos nos llevó hasta el camino de Villa del Prado a San Martín de Valdeiglesias, por el que rodamos durante unos metros para después incorporarnos a la Cañada de Talavera y a continuación tomar el camino de Valdenoches para ascender hasta el cerro del mismo nombre, donde de nuevo hicimos una paradita para reponer fuerzas.
Y a continuación otro rápido descenso por el cortafuegos, aunque ésta vez el mismo si que se encontraba “asentado”, con lo que enseguida llegamos hasta los pies del Cerro de las Mucas, que bordeamos por su parte sur para continuar descendiendo por cortafuegos hasta llegar a la laguna del arroyo de Las Labores.
Bordeamos la laguna y nos incorporamos a la Cañada de Talavera continuando después por la pista asfaltada descendiendo rápidamente hasta desviarnos a la izquierda para dirigirnos a Pelayos de la Presa, donde repostamos agua además de refrescarnos un poco.
Ya con bastante calorcito, estaba claro nuestro siguiente destino………el embalse de San Juan!!!, hacia donde nos dirigimos tras reponer agua tomando el GR-10 y a continuación diversos senderos entre los pinos que nos condujeron hasta el muro de contención del embalse, pasando por encima del mismo para dirigirnos hacia la “Playa de Madrid”, donde dejamos las bicis en la arena y todos menos Perejil nos dimos un buen chapuzón ante la mirada de los bañistas que allí había con sus sombrillas.
Aunque daban ganas de quedarse un buen rato ya que el agua estaba espectacular, nos subimos sobre nuestras burras para continuar la ruta de regreso al pueblo dirigiéndonos hacia a la gasolinera de Pelayos de la Presa, donde tomamos unos metros la carretera M-501 para dirigirnos hacia el comienzo de la vía verde de Picadas.
Comenzamos a recorrer a buen ritmo la vía verde y de repente nos encontramos con Noesperoanadie, que se unió al grupo para realizar el resto de la ruta con nosotros.
Y como la jornada estaba calurosa, llegamos a nuestro “sitio habitual” de baño y de nuevo nos dimos un chapuzón para realizar “fresquitos” los kilómetros restantes de ruta, continuando por la vía verde hasta llegar al muro de la presa y realizando después la subida por la carretera y posterior descenso por la misma hasta desviarnos a la derecha para tomar el camino que va por detrás del Safari-Park hasta llegar a la carretera M-507, donde cruzamos la misma para incorporarnos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox y regresar al pueblo.
Tras una bonita ruta de unos 44 kilómetros estábamos de regreso en el pueblo tras darnos un par de bañitos en San Juan y Picadas que nos vinieron de maravilla en una jornada muy calurosa en plena “Ola de calor”.


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