Tras una
noche “pasada por agua” (al igual que casi toda la semana), el domingo en la
Plaza Mayor a la hora de siempre nos hemos juntado un cuarteto compuesto por
Eltiolavara, Mariano y Rafa por parte del Club, además de Juan Carlos, el Presi
de la U. C. Villa del Prado.
Con la
cantidad de agua caída en jornadas anteriores, decidimos dirigirnos hacia “los saltos”
del arroyo de Labros, donde el año pasado pudimos disfrutar de una estupenda “estampa”
igualmente después de varios días de lluvia.
Tras los
minutos habituales “de cortesía” esperando a algún rezagado y viendo que no
aparecía nadie (el personal está vaguísimo este invierno), comenzamos la ruta
tirando “p’al monte” intentando buscar terrenos no muy embarrados, (algo
difícil después de una noche bastante pasada por agua), saliendo del pueblo por
el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias, que a pesar de todo no se
encontraba en muy malas condiciones aunque en algunos tramos había que “apretar
bien al pedal”, ya que las ruedas se quedaban “pegaditas al suelo”, con la
constante sensación de “ir pinchados”.
Tomándonoslo
con tranquilidad realizamos toda la subida y continuamos con dirección hacia la
Cañada de Talavera, donde llegamos tras bajar por un corto tramo de cortafuegos
para dirigirnos hasta la Cañada de Talavera, subiendo a continuación la cuesta
asfaltada “dándole al palique”, lo que hizo que nos resultara “más sencillo”,
aunque Mariano acusaba la inactividad después de mucho tiempo sin dar pedales.
Reagrupándonos
tras la cuesta, continuamos por el asfalto durante unos metros para a
continuación girar a la izquierda y continuar por la Cañada de Talavera bajando
con dirección hacia la carretera M-507.
Tras bajar
durante unos metros por la Cañada de Talavera nos desviamos a la derecha y por
un camino entre los pinos bajar hasta la carretera N-403 junto a la laguna del
Pozo Alcornocoso, donde en la recta aprovechamos para cruzar la carretera
N-403.
Nada más
cruzar la carretera, tomamos a nuestra izquierda un camino-cortafuegos por el
que rodando entre los pinos en paralelo a la misma realizamos un divertido
descenso que nos condujo hasta la carretera M-507, junto al parque del
“Campamento Alfonso VI”, cruzando la carretera para dirigirnos hacia nuestro lugar
de destino de la ruta, mientras al acercarnos se oía el fuerte ruido producido
por el agua del arroyo de Labros al saltar entre las piedras.
Al igual que
el año pasado, aprovechamos el lugar para realizar nuestra “parada barrita”,
además de una obligada fotito de grupo durante unos minutillos de relax antes
de continuar la marcha siguiendo por un sendero en paralelo al arroyo.
Pusimos
entonces rumbo de regreso al pueblo, para lo que nos dirigimos hacia la Cañada
de Talavera para tomar a continuación un sendero que nos condujo a pasar bajo
la carretera N-403 y continuar en paralelo a la misma hasta llegar a la pista
hormigonada que sube hacia la urbanización de El Encinar del Alberche, por la
que comenzamos a ascender.
Mientras
ascendíamos, debatíamos sobre hacia dónde dirigirnos, a lo que Rafa propuso
investigar un caminito entre las jaras que sale desde el alto en las cercanías
de El Encinar, para lo que una vez llegados a ese punto, comenzamos a descender
por “el camino en cuestión” en un descenso muy divertido zigzagueando entre las
jaras hasta que …………¡¡Hasta aquí hemos llegao!!.
El camino se
terminó y no nos quedó otra opción que pasar bajo una valla de alambre para
incorporarnos al cortafuegos que bordea la urbanización de El Encinar, por el
que continuamos bajando hasta llegar a la pista que va hacia la urbanización de
Pinar de Almorox, incorporándonos a la misma durante unos metros para a
continuación desviarnos a la izquierda para tomar un pequeño senderito entre
los pinos por el que disfrutamos un montón.
Como todavía
la ruta nos sabía a poco y teníamos que añadir algún “aliciente” más, decidimos
ascender hasta el cerro “Cabecita de la Reina”, primero por un tramo de camino
y a continuación por el cortafuegos que sirve de límite entre las provincias de
Madrid y Toledo.
Tras un
breve pero intenso tramo de subida en el que Mariano tuvo que echar pie a
tierra, coronamos el cerro e hicimos una paradita para hacernos una nueva foto
de grupo con las vistas de la zona, para a continuación descender por el
cortafuegos.
Después de
la rápida bajada, nos desviamos por el camino de Valdeolivas y llegamos hasta
la parte de arriba de la urbanización de Las Hoyas, que bordeamos por un
sendero que más parecía un arroyo entre las encinas hasta llegar a la M-540
(carretera del Alamín), tomando posteriormente el kilómetro obligatorio de la
misma para poder enlazar de nuevo con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox
junto a la finca "La Blanca" y regresar por él a Villa del Prado.
Mención
especial se merece nuestro compi Mariano, que se ha portado como un jabato tras
mes y medio “sin dar un pedal” por motivos laborales, mientras otros “huevones”
que no tienen nada que hacer se quedan en casa en cuanto ven una gota en el
ambiente.
En una
jornada en la que hemos tenido un tiempo espectacular, nos ha salido una bonita
ruta de unos 34 kilómetros con un terreno en mejores condiciones de lo esperado,
y como hemos regresado pronto al pueblo, nada mejor que unas cervecitas en la
Plaza Mayor para reponer “sales minerales” mientras comentábamos lo acontecido
durante la jornada además de otras cuestiones.
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