Llegamos al
último domingo del invierno (natural, ya veremos si efectivo……) y para la
jornada de hoy el grupo ha aumentado en dos unidades con respecto al trío que
últimamente estábamos saliendo, juntándonos en la Plaza Mayor a la hora de
siempre un “quinteto” compuesto por Eltiolavara, Horacio, Jorge, Javichy y
Rafa.
Para evitar
terrenos embarrados por las lluvias del día anterior, como es habitual
decidimos tirar “p’al monte”, aunque en esta ocasión en vez de abandonar el
pueblo por el antiguo camino de Villa del Prado a San Martín de Valdeiglesias
decidimos cambiar y tomar el camino de Pelayos de la Presa.
Y con ese
fin partimos desde la Plaza Mayor por la avenida de La Constitución para cruzar
la carretera M-507 y continuar hasta las instalaciones de la piscina municipal,
donde nos desviamos para dirigirnos hacia el depósito del agua de Villa del
Prado.
Y con las
patas frías comenzamos a subir hacia el depósito del agua con Jorge en cabeza “ansioso”
de dar pedales después de varias semanas sin salir, dejando el depósito a nuestra
derecha para continuar por un senderito muy chulo entre los tomillos por el que
enlazamos finalmente con el camino de Villa del Prado a Pelayos, donde hicimos
una breve parada de reagrupamiento.
Desde allí
continuamos el ascenso por el camino hasta llegar al alto en la ladera del
Cerro Rojo, donde en vez de comenzar el descenso, continuamos por el camino que
recorre la ladera del mismo para tomar a continuación un camino a nuestra
derecha por el que bajamos hasta la Cañada de Talavera, donde giramos a la
izquierda para subir unos metros por la misma hasta enlazar con el camino de
Valdenoches.
Tomamos el
camino de Valdenoches y ascendimos hasta las antenas del cerro del mismo
nombre, desde donde a continuación descendimos por un sendero que transcurre
siguiendo el tendido eléctrico por el que “con precaución” llegamos hasta un
camino que recorre la cara norte del Cerro Valdenoches, donde giramos a la
izquierda para dirigirnos hacia la “casa de los forestales”.
A pocos
metros de la “casa de los forestales” nos percatamos de un camino que salía a
nuestra derecha que no habíamos tomado nunca y que nos decidimos a “investigar”,
resultando que el camino nos llevó en un descenso entre los pinos a salir al
cortafuegos que baja desde el cerro de Las Mucas, atravesando el mismo para
tomar un sendero por el que hacía muchísimo tiempo que no pasábamos y que en
algunos tramos estaba convertido en arroyo recorriendo el “cerro del Alambrado”.
Llegamos
prácticamente hasta las cercanías de la carretera M-501, rodando a continuación
en paralelo a la misma hasta pasar por debajo para dirigirnos hacia Pelayos de
la Presa, donde en la “Rotonda del Burro” aprovechamos para “al solecito” hacer
la “parada barrita” de la jornada y la foto de grupo junto a la estatua en
homenaje a tan servicial animal.
Reanudamos
la marcha y tomamos un calle por la que llegamos hasta el GR-10, al que nos
incorporamos con dirección a San Martín de Valdeiglesias, para tras unos metros
divisar un sendero a nuestra derecha que decidimos investigar siguiendo unas
rodadas de moto.
El sendero
estaba chulo y nos llevó a internarnos en la urbanización “Javacruz”, donde
tuvimos que callejear para volver “al campo”, tendiendo que volvernos en alguna
ocasión por llegar a alguna calle sin salida aunque finalmente conseguimos “abandonar
el asfalto” y volver a rodar por tierra.
Tomamos a continuación
diversos senderos entre los pinos por la zona del cerro de San Esteban hasta
salir finalmente al embarcadero del embalse de San Juan, pasando a continuación
sobre el muro de contención del embalse mientras comparábamos cuánto había
subido el nivel del embalse desde el domingo anterior, cuando también pasamos
por allí.
Tras pasar
sobre el muro de contención, Eltiolavara propuso dirigirnos hacia la presa,
para lo que tomamos un senderito con algún pequeño tramo de “empuja-bike” que
nos llevó hasta la presa, donde al no poder continuar tuvimos que pasar las
bicis por un hueco en una valla de alambre para continuar nuestra marcha
recorriendo lo que resta del “Poblado de San Juan”, que se supone que era donde
vivieron los obreros que construyeron la presa y donde comprobamos que aún vive
gente.
Atravesamos
el poblado y llegamos hasta la gasolinera de Pelayos, donde nos incorporamos
durante unos metros a la carretera M-501 para dirigirnos hacia el comienzo de
la vía verde de Picadas, donde Jorge y Eltiolavara se pusieron a “desfogarse a
toda leche” mientras que el trío restante (Horacio, Rafa y Javichy) se lo
tomaban con más tranquilidad.
Sorteando
gran cantidad de charcos llegamos hasta el muro de la presa y continuamos
después con la subida por la carretera hasta parar en el alto, desde donde bajamos
por la carretera hasta desviarnos a la derecha para tomar el camino que va por
detrás del Safari-Park, enlazando posteriormente con la carretera M-507,
cruzando la misma para incorporarnos después al antiguo trazado del ferrocarril
Madrid-Almorox y regresar al pueblo.
De nuevo
hemos disfrutado de una estupenda mañana, sin excesivo barro en el terreno y
con una temperatura “agradable”, haciendo una buena rutilla de unos 44 kilómetros
en la que hemos descubierto nuevos caminos y senderos que “apuntar” a nuestra
cartografía.
Sólo queda
que con la llegada de la primavera, el próximo domingo se anime “el personal”
algo más de lo que acostumbran últimamente.
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