martes, 6 de febrero de 2018

Domingo 4 de febrero de 2018 (De puro invierno.....)



Con previsión de una nueva “ola de frío” ha amanecido otro domingo “fresquito” en el que el viento del norte hacía la temperatura más baja aún, aunque ello no ha sido impedimento para que en la Plaza Mayor a la hora habitual nos juntáramos por parte del Club un cuarteto compuesto por Eltiolavara, Horacio, Rafa y Antonio “Granaíno”, que “debutaba” en lo que va de año. Se unió también al grupo Juan Carlos, el Presi de la U. C. Villa del Prado, compañero de ruta habitual los últimos domingos.
Ante el “frescor” del ambiente, nada mejor que entrar pronto en calor, para lo que como es habitual, nos dirigimos hacia el norte para abandonar el pueblo por el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado, por el que en algunas ocasiones un viento del norte helador nos daba de cara.
Poco a poco y con trabajo fuimos entrando en calor aunque los dedos de las manos “se resistían lo suyo”, y el “dolorcillo” por el frío tardaba bastante en quitarse.
Con Horacio cerrando el grupo realizamos los cinco kilómetros de la subida hasta “coronar” en la ladera del cerro de Santa Lucía, desde donde continuamos con dirección hacia la Cañada de Talavera abandonando el camino para incorporarnos a un cortafuegos “sube-baja” por el que llegamos hasta los pies del cerro Otanejo, desde donde tomamos un senderito que transcurre junto al arroyo del Bodegón y que nos llevó hasta la Cañada de Talavera.
Nos incorporamos entonces a la Cañada de Talavera, donde giramos a nuestra izquierda para hacer frente a la cuesta asfaltada y posteriormente descender con dirección hacia la carretera N-403, tomando desde allí un camino paralelo a la misma por el que nos internamos dentro de la finca de “La Granjilla”, transitando entre los pinos y jaras para salir posteriormente a la carretera M-541.
Cruzamos la carretera y tomamos un camino de una viña por un claro donde las frías “rachas” de viento del norte nos daban de frente dejándonos la cara helada además de obligarnos a “apretar” más fuerte en el pedaleo.
Por fin conseguimos librarnos del viento internándonos al abrigo de los pinos, continuando después por un sendero hasta llegar al “alto de Castillejos”, lugar habitual de nuestra “parada barrita” cuando pasamos por allí y donde aprovechamos además para hacernos la fotito de grupo de la jornada.
Tras reponer fuerzas, retomamos la ruta realizando un divertido descenso por senderos hasta las cercanías de San Martín de Valdeiglesias, donde al terminar el sendero nos dio la “vena investigadora” y tomamos un camino desconocido para nosotros por ver a dónde nos llevaba, resultando que al final el camino desapareció y nos tocó “jabalinear” por la ladera del “Canto del Guarro” intentando encontrar algún sendero o camino.
Después de recorrer alrededor de un kilómetro por la ladera, finalmente conseguimos enlazar con la trialera que baja desde la antena del Canto del Guarro, por la que ascendimos unos metros para a continuación descender por un sendero recorriendo la zona de “El Riscadero”.
Como ya veíamos que las “nubes blancas de nieve” cada vez estaban más cerca y comenzaban a caer los primeros copillos, decidimos poner rumbo de regreso al pueblo antes de que la cosa se pusiera más seria, para lo que al llegar a la explanada de “La Cancha” donde muchas veces hacemos la “parada barrita” tomamos desde allí el sendero por el que ascendiendo por la zona de “La Corcobada” llegamos hasta la carretera M-541.
Cruzamos la carretera y continuamos ascendiendo por el camino entre los pinos hasta llegar a la explanada del cerro del Valdenoches, mientras en algunas ocasiones “arreciaba” la nevada.
Desde la explanada descendimos por el camino de Valdenoches y a continuación por la Cañada de Talavera hasta enlazar con el camino de San Martín, donde antes de comenzar el descenso final hasta el pueblo nos desviamos a la izquierda para tomar el camino que recorre la ladera del cerro Lucía pasando por una explotación ganadera abandonada y enlazar con el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos de la Presa, recorriendo unos metros por el mismo hasta desviarnos a la derecha tomando el divertido senderito que lleva hasta detrás del depósito del agua de Villa del Prado y continuar desde allí hasta el pueblo.
Y para celebrar la “mayoría de edad” de Horacio, el “abuelo del Club”, nos invitó a unas cervecitas al terminar la ruta con motivo de sus “65 castañas” recién cumplidas, brindando porque aún cumpla muchos más dándole al pedal con nosotros.
En una jornada acompañados por el frío, el viento y la nieve nos hemos hecho una rutilla de unos 34 kilómetros que aunque “cortita” ha sido “de calidad”, con una parte de “jabalineo” que ya teníamos olvidada ya que hacía bastante tiempo que no nos perdíamos por el monte.
A ver si se anima algún valiente más para próximos domingos………

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