Hoy el
domingo ha amanecido fresquito, aunque con un cielo despejado que hacía prever
que durante la segunda mitad de la ruta nos iba a acompañar una temperatura
“agradable” para la época que estamos.
La “noche de
carnaval” en Villa del Prado parece que ha influido para que en la Plaza Mayor
a la hora habitual nos juntáramos únicamente un quinteto compuesto por
Eltiolavara, Perejil, Horacio y Rafa por parte del Club además de Jose Manuel,
que tras su primera experiencia con nosotros el domingo pasado se ha animado a
repetir.
Y allí en la
Plaza decidimos hacer un recorrido hacia Entrepinos, donde hacía bastante que
no recorríamos los senderos de la zona, por lo que con ese objetivo abandonamos
el pueblo por el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del
Prado, con ritmo tranquilo ya que Horacio y Perejil no se encontraban “muy
allá” de fuerzas.
Poquito a
poco realizamos los cinco kilómetros de la subida para reagruparnos en el alto
en la ladera del cerro de Santa Lucía y continuar con dirección hacia la Cañada
de Talavera, abandonando el camino unos metros más adelante para incorporarnos
a un cortafuegos “sube-baja” por el que llegamos hasta los pies del cerro
Otanejo, desde donde tomamos un senderito que transcurre junto al arroyo del
Bodegón y que nos llevó hasta la Cañada de Talavera.
Nos
incorporamos entonces a la Cañada de Talavera, donde giramos a nuestra
izquierda para hacer frente a la cuesta asfaltada y posteriormente descender
con dirección hacia la carretera N-403, a la que nos incorporamos durante unos
pocos metros hasta desviarnos a la izquierda para abandonar el asfalto y tomar
un camino para dirigirnos hacia la laguna del Manantial del Andrinoso.
Bordeamos la
laguna por un sendero y cruzamos a continuación el arroyo del Linar para
dirigirnos hacia la carretera M-541, la cual atravesamos para enlazar con la
vía pecuaria del arroyo del Boquerón, aunque antes de empezar a bajar nos
incorporamos a un sendero a nuestra derecha por el que más adelante y tras
zigzaguear entre los pinos descendimos hasta la vía pecuaria. (Siempre buscando
los senderos aunque demos más vuelta, ¡¡Somos así!!).
Una vez en
la vía pecuaria, “enfilamos” hacia abajo y rodando a buen ritmo “a favor del
terreno” llegamos hasta la urbanización “El Mirador de Cadalso” junto a la
carretera M-542, donde cruzamos la misma para incorporarnos al camino que
transcurre en paralelo al arroyo de Tórtolas y por el que llegamos hasta el
comienzo de la subida hacia Entrepinos.
Afrontamos
entonces ese intenso “poco más de un kilómetro” zigzagueante y técnico donde
únicamente Eltiolavara y Rafa llegaron hasta el final sin bajarse, mientras que
Perejil, Jose Manuel, y sobre todo Horacio, hacían algo de “empuja-bike”.
Al llegar
arriba a la urbanización, aprovechamos para darnos un respiro y al solecito
hacer la “parada barrita” de la jornada, además de nuestra obligada fotito de
grupo.
Tras los
minutos de relax, reanudamos la marcha recorriendo la calle que bordea la urbanización
por su parte sur hasta llegar a un camino que a continuación se convertía en un
divertido sendero que fuimos siguiendo, siguiendo……..hasta que no hubo
salida!!!.
Retrocedimos
sobre nuestras rodadas y conseguimos enlazar con el “sendero correcto”
recorriendo toda la parte de arriba del cerro y a continuación bajando entre
los matorrales hasta la carretera M-542, cruzando la misma y el arroyo Tórtolas
para incorporarnos de nuevo a la vía pecuaria del arroyo del Boquerón, aunque
ésta vez realizándola “cuesta arriba”.
Con Jose
Manuel imprimiendo un ritmo “fuertecillo”, únicamente Eltiolavara y Rafa
pudieron seguirle, quedándose Perejil y Horacio bastante rezagados en la
subida, debiendo esperar el “trío de cabeza” unos cuantos minutos en el alto
hasta poder reagruparnos.
Ya todos
juntos continuamos “rehaciendo” el camino tomando unos metros la carretera
N-403 y a continuación la pista asfaltada hasta enlazar con la cañada de
Talavera, aunque antes de comenzar a bajar por la cuesta nos desviamos por un
sendero para incorporarnos al cortafuegos que recorre el cerro de Pino Águila y
descender hasta el arroyo del Bodegón, desde donde realizamos a la inversa que
al principio de la ruta el tramo sube-baja hasta enlazar con el camino de San
Martín.
Antes de
comenzar el descenso final hasta el pueblo nos desviamos a la izquierda para
tras pasar una puerta, tomar el camino que recorre la ladera del cerro Lucía
pasando por una explotación ganadera abandonada y enlazar con el antiguo camino
de Villa del Prado a Pelayos de la Presa, recorriendo unos metros por el mismo
hasta desviarnos a la derecha tomando el divertido senderito que lleva hasta
detrás del depósito del agua de Villa del Prado y continuar desde allí hasta el
pueblo.
Aunque la
mañana comenzó fesquita, al final como se preveía terminamos con una “temperatura
agradable”, realizando una bonita ruta de unos 39 kilómetros en la que como es
habitual hemos disfrutado muchísimo de nuestro deporte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario