Se nota que
ya el otoño ha llegado para quedarse y han bajado bastante las temperaturas, lo
que a algunos nos ha obligado a “echar mano” de las prendas de invierno. Tras
los chaparrones de la jornada del sábado, la mañana ha amanecido soleada aunque
con un “fresquito” viento del norte, y dispuestos a dar pedales nos hemos
reunido en esta ocasión en la Plaza Mayor de Villa del Prado un grupito
compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Horacio, y Rafa, acompañados por dos
miembros de la U. C. Villa del Prado Juan Carlos “El Presi” y Fernando, un
chaval de 12 años dispuesto a dar caña a los “abuelos”.
Como después
de las lluvias del sábado el terreno estaba ideal para hacer senderitos, que
mejor sitio para ello que la zona de San Martín de Valdeiglesias y así aprovechar
de paso para ver el puente romano de La Virgen de la Nueva, que dado el bajo
nivel del embalse era de suponer que estaría al descubierto.
Y con ese
objetivo echamos a rodar unos minutos después de las nueve de la mañana
dirigiéndonos hacia el norte para tomar el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias
a Villa del Prado, con Juan Carlos y Fernando tirando del grupo llevándonos
“con la lengua fuera” toda la subida, para entrar así pronto “en calor”.
Realizamos
toda la subida a buen ritmo hasta llegar al alto en la ladera del cerro de
Santa Lucía, donde corría un “airecito” que no animaba a parar para “darnos un
respiro”, con lo que para no quedarnos “pajarito” continuamos la marcha hacia la
Cañada de Talavera.
Al llegar a
la Cañada, cruzamos la misma para incorporarnos al camino de San Martín de
Valdeiglesias recorriendo el camino-cortafuegos y pasando junto al “Canto del
Pichón” hasta enlazar con el camino de La Fuenfría, donde Juan Carlos y Fernando
dejaron el grupo para hacer una rutilla “más asequible” a éste último,
continuando el resto hasta la carretera M-541, y atravesando la misma para
continuar con dirección hacia San Martín.
Tras cruzar
la carretera M-541 continuamos durante unos metros por el camino de la Fuenfría
encontrándonos con que se estaba celebrando “La Trasierra”, una marcha ciclista
que se organiza todos los años en San Martín de Valdeiglesias y en la que
tuvimos que “meternos en el recorrido” (de todas maneras era el itinerario que
teníamos previsto) para lo que nos desviamos a la izquierda tomando un sendero
entre los pinos por el que llegamos hasta el "Alto de Castillejos",
desde donde continuamos con dos divertidos descensos por senderos entre los
pinos para enlazar con la pista que conduce al “Bosque Encantado” desde la
carretera M-501.
Descendimos
por la pista asfaltada hasta llegar a la carretera M-501 junto a la ermita del
Cristo de la Sangre de San Martín de Valdeiglesias, cruzando la carretera e
internándonos en el pueblo de San Martín, para continuar atravesando el pueblo y
dirigirnos hacia la zona del polideportivo y desde allí tomar el camino de
Molino Quemado.
Tras rodar
por el camino llegamos a la zona del “Canto las Brujas”, donde abandonamos el
camino para recorrer un bonito tramo de senderos por la ladera del “Cerro de La
Guache”, primero subiendo para a continuación realizar un divertido descenso
haciendo “zig-zag” entre los pinos para llegar hasta la carretera M-957.
Nos
incorporamos entonces a la carretera para descender durante poco más de un
kilómetro hasta en una curva incorporarnos a un sendero por el que continuamos
el descenso hasta llegar a la urbanización “Costa de Madrid” junto al pantano,
que bordeamos para continuar descendiendo hasta llegar a la arena.
Y pedaleando
por la arena recorrimos los últimos metros hasta llegar a nuestro objetivo de
la jornada, el puente de la Virgen de la Nueva, el cual como esperábamos se
encontraba casi totalmente al descubierto.
Y allí junto
al puente realizamos la “parada barrita” de la jornada mientras comentábamos lo
bajo de nivel que se encontraba el embalse y que ya minutos antes habíamos
podido contemplar durante la bajada, haciéndonos igualmente nuestra habitual “fotito
de grupo” de la jornada.
Tras los
minutos de relax llegó el momento de retomar la marcha, para lo que tuvimos que
recorrer de nuevo un tramo por la arena del embalse hasta llegar a la carretera,
por la que ascendimos durante unos dos kilómetros hasta la misma curva donde
habíamos abandonado la carretera en el descenso, para esta vez tomar un nuevo
sendero que habíamos observado cuando estuvimos en la misma zona semanas atrás.
Comenzamos
entonces con un técnico descenso antes de comenzar a continuación a ascender
por la ladera del “Cerro Valdelaosa” haciendo frente a una buena subidita por
un sendero técnico con algunas piedras y raíces que en algunos tramos llegaba
al 15% de inclinación, lo que obligaba a “darlo todo” para subir, aunque
Horacio con su “e-bike” sufriera menos que el resto.
Tras el
técnico ascenso por la “cara norte” del “Cerro Valdelaosa” a continuación
tocaba un divertido descenso (aunque corto) por la “cara sur” hasta enlazar con
un camino por el que pusimos rumbo hasta San Martín de Valdeiglesias.
Llegamos a
San Martín de Valdeiglesias y nos incorporamos al GR-10 con dirección hacia
Pelayos de la Presa, por el que rodando a casi 40 Km/hora con viento a favor hizo
que “nos plantáramos” en Pelayos en un “santiamén”.
Nos
dirigimos a continuación hacia la gasolinera de Pelayos para allí tomar durante
unos metros un tramo de la carretera M-501 hasta enlazar con el comienzo de la
vía verde de Picadas, recorriendo a buen ritmo toda la vía verde hasta llegar a
la presa, pasando sobre el muro y continuando con el ascenso por la carretera
para reagruparnos todos en el alto y desde allí realizar el descenso hasta
enlazar con el camino que transcurre por detrás del detrás del Safari Park, por
el que rodamos hasta conectar con el camino del Molino de Rodeles que nos llevó
junto a la carretera M-507 a la altura de El Rececho.
Al atravesar
la carretera nos encontramos con un “biker” que venía por la carretera
empujando la bici, con lo que le preguntamos que problema tenía, resultando que
había pinchado y que aunque había puesto cámara nueva no tenía bomba para hincharla.
Hicimos entonces la “buena obra del día” hinchándole la rueda en un momento con
una botella de CO2 y ahorrándole el paseo de empujar la bici hasta Picadas…….¡¡Madre
mía, le vino “Dios a ver“ al encontrarse con nosotros!!.
Reanudamos a
continuación la marcha y enlazamos con el antiguo trazado del ferrocarril
Madrid-Almorox, por el que realizamos los últimos kilómetros de la ruta,
llegando al pueblo cerca de las dos de la tarde.
Con la única
“pega” del retraso en la hora de regreso, nos hemos marcado una bonita ruta de
unos 55 kilómetros en la que hemos disfrutado de muchos senderitos que se
encontraban “en estado óptimo” tras las lluvias caídas y viendo como el campo
poco a poco va recuperando el verdor.
Y el próximo
domingo………a Piedralaves!!!!
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