martes, 7 de noviembre de 2017

Domingo 5 de noviembre de 2017 (Visitando el puente romano de la Virgen de la Nueva)



Se nota que ya el otoño ha llegado para quedarse y han bajado bastante las temperaturas, lo que a algunos nos ha obligado a “echar mano” de las prendas de invierno. Tras los chaparrones de la jornada del sábado, la mañana ha amanecido soleada aunque con un “fresquito” viento del norte, y dispuestos a dar pedales nos hemos reunido en esta ocasión en la Plaza Mayor de Villa del Prado un grupito compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Horacio, y Rafa, acompañados por dos miembros de la U. C. Villa del Prado Juan Carlos “El Presi” y Fernando, un chaval de 12 años dispuesto a dar caña a los “abuelos”.
Como después de las lluvias del sábado el terreno estaba ideal para hacer senderitos, que mejor sitio para ello que la zona de San Martín de Valdeiglesias y así aprovechar de paso para ver el puente romano de La Virgen de la Nueva, que dado el bajo nivel del embalse era de suponer que estaría al descubierto.
Y con ese objetivo echamos a rodar unos minutos después de las nueve de la mañana dirigiéndonos hacia el norte para tomar el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado, con Juan Carlos y Fernando tirando del grupo llevándonos “con la lengua fuera” toda la subida, para entrar así pronto “en calor”.
Realizamos toda la subida a buen ritmo hasta llegar al alto en la ladera del cerro de Santa Lucía, donde corría un “airecito” que no animaba a parar para “darnos un respiro”, con lo que para no quedarnos “pajarito” continuamos la marcha hacia la Cañada de Talavera.
Al llegar a la Cañada, cruzamos la misma para incorporarnos al camino de San Martín de Valdeiglesias recorriendo el camino-cortafuegos y pasando junto al “Canto del Pichón” hasta enlazar con el camino de La Fuenfría, donde Juan Carlos y Fernando dejaron el grupo para hacer una rutilla “más asequible” a éste último, continuando el resto hasta la carretera M-541, y atravesando la misma para continuar con dirección hacia San Martín.
Tras cruzar la carretera M-541 continuamos durante unos metros por el camino de la Fuenfría encontrándonos con que se estaba celebrando “La Trasierra”, una marcha ciclista que se organiza todos los años en San Martín de Valdeiglesias y en la que tuvimos que “meternos en el recorrido” (de todas maneras era el itinerario que teníamos previsto) para lo que nos desviamos a la izquierda tomando un sendero entre los pinos por el que llegamos hasta el "Alto de Castillejos", desde donde continuamos con dos divertidos descensos por senderos entre los pinos para enlazar con la pista que conduce al “Bosque Encantado” desde la carretera M-501.
Descendimos por la pista asfaltada hasta llegar a la carretera M-501 junto a la ermita del Cristo de la Sangre de San Martín de Valdeiglesias, cruzando la carretera e internándonos en el pueblo de San Martín, para continuar atravesando el pueblo y dirigirnos hacia la zona del polideportivo y desde allí tomar el camino de Molino Quemado.
Tras rodar por el camino llegamos a la zona del “Canto las Brujas”, donde abandonamos el camino para recorrer un bonito tramo de senderos por la ladera del “Cerro de La Guache”, primero subiendo para a continuación realizar un divertido descenso haciendo “zig-zag” entre los pinos para llegar hasta la carretera M-957.
Nos incorporamos entonces a la carretera para descender durante poco más de un kilómetro hasta en una curva incorporarnos a un sendero por el que continuamos el descenso hasta llegar a la urbanización “Costa de Madrid” junto al pantano, que bordeamos para continuar descendiendo hasta llegar a la arena.
Y pedaleando por la arena recorrimos los últimos metros hasta llegar a nuestro objetivo de la jornada, el puente de la Virgen de la Nueva, el cual como esperábamos se encontraba casi totalmente al descubierto.
Y allí junto al puente realizamos la “parada barrita” de la jornada mientras comentábamos lo bajo de nivel que se encontraba el embalse y que ya minutos antes habíamos podido contemplar durante la bajada, haciéndonos igualmente nuestra habitual “fotito de grupo” de la jornada.
Tras los minutos de relax llegó el momento de retomar la marcha, para lo que tuvimos que recorrer de nuevo un tramo por la arena del embalse hasta llegar a la carretera, por la que ascendimos durante unos dos kilómetros hasta la misma curva donde habíamos abandonado la carretera en el descenso, para esta vez tomar un nuevo sendero que habíamos observado cuando estuvimos en la misma zona semanas atrás.
Comenzamos entonces con un técnico descenso antes de comenzar a continuación a ascender por la ladera del “Cerro Valdelaosa” haciendo frente a una buena subidita por un sendero técnico con algunas piedras y raíces que en algunos tramos llegaba al 15% de inclinación, lo que obligaba a “darlo todo” para subir, aunque Horacio con su “e-bike” sufriera menos que el resto.
Tras el técnico ascenso por la “cara norte” del “Cerro Valdelaosa” a continuación tocaba un divertido descenso (aunque corto) por la “cara sur” hasta enlazar con un camino por el que pusimos rumbo hasta San Martín de Valdeiglesias.
Llegamos a San Martín de Valdeiglesias y nos incorporamos al GR-10 con dirección hacia Pelayos de la Presa, por el que rodando a casi 40 Km/hora con viento a favor hizo que “nos plantáramos” en Pelayos en un “santiamén”.
Nos dirigimos a continuación hacia la gasolinera de Pelayos para allí tomar durante unos metros un tramo de la carretera M-501 hasta enlazar con el comienzo de la vía verde de Picadas, recorriendo a buen ritmo toda la vía verde hasta llegar a la presa, pasando sobre el muro y continuando con el ascenso por la carretera para reagruparnos todos en el alto y desde allí realizar el descenso hasta enlazar con el camino que transcurre por detrás del detrás del Safari Park, por el que rodamos hasta conectar con el camino del Molino de Rodeles que nos llevó junto a la carretera M-507 a la altura de El Rececho.
Al atravesar la carretera nos encontramos con un “biker” que venía por la carretera empujando la bici, con lo que le preguntamos que problema tenía, resultando que había pinchado y que aunque había puesto cámara nueva no tenía bomba para hincharla. Hicimos entonces la “buena obra del día” hinchándole la rueda en un momento con una botella de CO2 y ahorrándole el paseo de empujar la bici hasta Picadas…….¡¡Madre mía, le vino “Dios a ver“ al encontrarse con nosotros!!.
Reanudamos a continuación la marcha y enlazamos con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que realizamos los últimos kilómetros de la ruta, llegando al pueblo cerca de las dos de la tarde.
Con la única “pega” del retraso en la hora de regreso, nos hemos marcado una bonita ruta de unos 55 kilómetros en la que hemos disfrutado de muchos senderitos que se encontraban “en estado óptimo” tras las lluvias caídas y viendo como el campo poco a poco va recuperando el verdor.
Y el próximo domingo………a Piedralaves!!!!

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