Tras la ruta del domingo pasado por tierras de Hoyo de Pinares volvemos a “nuestros
dominios”, juntándonos a las 9,00 en la Plaza Mayor un buen grupo compuesto
por Eltiolavara, Transcastro, Jose "el Mara", Horacio, Alberto, Rafa,
y Jorge por el Club, uniéndose a nosotros para disfrutar de la mañana Pablo,
Javi y David.
Como la ruta prevista era “de consideración” (visita a Las Cabreras”) y
teníamos “claro” que no vendría nadie más, con menos tiempos de cortesía de lo
habitual comenzamos a rodar abandonando la Plaza Mayor con rumbo norte,
incorporándose al grupo dos nuevos integrantes, Toni y Ángel, reuniéndonos un
grupo de doce integrantes en total.
Tras pasar junto a las instalaciones de la piscina municipal y girar a la
derecha para dirigirnos hacia el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos de
la Presa, comenzamos con el ascenso haciendo frente a esa primera rampa que
pone las “patas calientes”, y pronto pudimos comprobar que para esta jornada el
grupo contaba con buenas “liebres”, que “se liaron” a tirar estirando el grupo
hasta que los perdimos de vista.
El ritmo puesto por “las liebres” hizo que realizáramos una rápida subida
hasta llegar al alto en la ladera del Cerro Rojo, donde según llegábamos
parábamos para reagruparnos, esperando a llegar todos para a continuación
realizar un rápido descenso que nos condujo hasta la Cañada de Talavera junto a
la laguna que forman el arroyo del Jaralón y el arroyo de Las Labores.
Continuamos la marcha por la Cañada de Talavera para dirigirnos hacia la
depuradora de Pelayos, donde el grupo perdió tres integrantes, por un lado
Eltiolavara, que tenía que volverse pronto para casa y por otro Toni y Ángel,
que en previsión de que el horario de regreso se iba a retrasar, decidieron
también acortar su ruta.
El resto del grupo tomamos unos metros la carretera M-501 hasta el mesón “El
Puerto”, donde nos incorporamos a un sendero en paralelo a la carretera por el
que llegamos hasta el comienzo del camino que asciende por la margen derecha
del embalse de San Juan, por el que agrupados y disfrutando de las vistas del
embalse nos dirigimos hacia la “recula” donde el río Cofio vierte sus aguas al
embalse.
Tras un tendido ascenso de unos cinco kilómetros con algún respiro,
descendimos hasta el puente sobre el río Cofio, cruzando sobre el mismo para comenzar
con el bonito ascenso por el “camino del Oso”, disfrutando a nuestra izquierda
de las vistas del río Cofio con la suerte de ver como tres buitres permanecían
tranquilamente en las ramas de un árbol.
Hicimos una paradita para reponer fuerzas además de hacernos una fotito de
grupo y continuamos la marcha para rodar entre los pinos recorriendo el “camino
del Oso” para bordear el cerro de “La Cabreruela”, y pasar “a los pies” de la “Cabrera
Alta” con sus impresionantes riscos.
Tras hacer frente a unas buenas rampitas en la cara norte de “La Cabreruela”,
tomamos unos senderos que nos llevaron de nuevo al camino del Oso, por el que
emprendimos el camino de regreso volviendo sobre nuestras “rodadas” para “rehacer”
todo el camino hasta el río Cofio, cruzando de nuevo por el puente para a
continuación comenzar con un nuevo ascenso de unos dos kilómetros hasta llegar
al GR-10, donde hicimos una paradita de “reagrupamiento”, ya que David venía con
las patas “en reserva” después de mucho tiempo sin montar en bici.
Descendimos por el GR-10 y nos dirigimos hacia un mirador donde hicimos una
nueva “parada barrita” y una fotito de grupo disfrutando de unas fantásticas
vistas del embalse de San Juan, retomando a continuación la marcha para
descender hasta el mesón “El Puerto”, donde paramos unos minutos para en una
máquina avituallar líquidos.
A continuación enlazamos con el comienzo de la vía verde de Picadas, que
recorrimos a buen ritmo hasta llegar a la presa, continuando después con el
ascenso por la carretera hasta llegar al alto, donde hicimos una nueva parada
de reagrupamiento.
Retomamos la marcha para descender por la carretera hasta desviarnos a la
derecha para tomar el camino que transcurre por detrás del Safari Park y conectar
con el camino del Molino de Rodeles hasta llegar a la carretera M-507 a la
altura de "El Rececho", donde cruzamos la carretera para tras unos
metros enlazar con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox y recorrer
los últimos kilómetros hasta llegar al pueblo.
Con la única pega de que hemos llegado al pueblo “algo tarde” (poco más de
las dos), hemos disfrutado de una estupenda jornada en la que las nubes nos han
evitado “torrarnos” (visto el calor que hizo el sábado), realizando una bonita
ruta en la que hemos recorrido unos 65 kilómetros visitando la zona de “Las
Cabreras”, por la que hacía varios años que no transitábamos.
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