miércoles, 17 de mayo de 2017

Domingo 14 de mayo de 2017 (Palizón por Hoyo de Pinares)



En la jornada de hoy tocaba “desplazamiento” para realizar una de nuestras “rutas mensuales”, siendo esta vez la localidad abulense de Hoyo de Pinares el lugar elegido para disfrutar de nuestro deporte.
Habíamos quedado a las 8,00 en la estación de autobuses, y allí nos hemos reunido un estupendo grupo compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Alberto, Perejil, Jose, Jorge, Rafa, y Noesperoanadie, al que casi siete meses después volvíamos a “ver el pelo”.
Tal como íbamos llegando fuimos “apañando” las bicis en la “fregoneta” de Transcastro para posteriormente poner rumbo hacia Hoyo de Pinares, punto de inicio de la ruta y de donde nos separaban unos 40 kilómetros.
Aparcamos los vehículos a la entrada del pueblo, junto a un parque que teníamos “fichado” de anteriores ocasiones y nos dispusimos a realizar los preparativos oportunos de montaje de bicis y equipamiento, echando a rodar unos minutos antes de las nueve de la mañana.
Abandonamos el pueblo de Hoyo de Pinares para internarnos en una bonita zona de senderos entre los pinos hasta llegar junto al muro del embalse de “Hoyo de Becedas I”, donde paramos a hacernos la primera fotito de grupo de la jornada.
Retomamos a continuación el pedaleo para continuar el divertido ascenso por senderos entre los pinos hasta que……¡¡zas!!. Rafa rompió la cadena de la bici, lo que obligó al grupo a realizar una parada obligatoria para la reparación, siendo subsanada la avería rápidamente por Eltiolavara con su habitual pericia.
Tras la parada, reanudamos la marcha y acompañados en algunos tramos por las vacas que tranquilamente pastaban y a las que en algunas ocasiones “fastidiamos la tranquilidad” por encontrarse en medio del camino, llegamos hasta la carretera AV-307, a la que nos incorporamos durante alrededor de un kilómetro.
Abandonamos el asfalto para desviarnos a la izquierda y tras unos metros de ascenso llegamos a un alto desde donde disfrutamos durante unos momentos de unas bonitas vistas de todo el valle, con Santa Cruz de Pinares al fondo y parando de nuevo a hacernos una fotito de grupo.
Tras la fotito, tocaba descender hasta San Bartolomé de Pinares, donde en un parque hicimos una paradita para reponer fuerzas, rellenando a continuación de agua las botijas en una fuente frente al ayuntamiento del pueblo antes de encaminarnos hacia la parte más “jodida” de la ruta.
Y esta parte “jodida” no era otra cosa que una subida por la ladera del monte en la que entre las piedras y la inclinación del terreno era imposible mantenerse sobre la bici, con lo que nos tocó a todos realizar un buen tramo de “empuja-bike” que nos puso los gemelos “a reventar”, ocasionándonos igualmente un buen retraso de tiempo.
Una vez conseguimos llegar al alto, pudimos volver a rodar “con ligereza” recorriendo “los prados” de la zona situados a más de 1.300 metros de altitud, y realizando una nueva paradita para reponer fuerzas después de la subida anterior.
Rodando por caminos entre los robles llegamos hasta la carretera AV-502, donde el grupo perdió un integrante, ya que Jose iba “jodido” y no se veía con fuerzas de continuar la ruta, por lo que tomó la carretera para volver a Hoyo de Pinares y esperarnos en los coches.
El resto continuamos la marcha con un ascenso entre los pinos recorriendo a continuación diversos caminos hasta encontrarnos con el último ascenso de la jornada que, para rematar, pues de nuevo nos hizo poner pie a tierra para hacer “empuja-bike” subiendo por una ladera, aunque por suerte esta vez durante menos distancia.


Una vez reagrupados en el alto, ya sólo nos quedaba realizar el descenso final hasta Hoyo de Pinares, el cual realizamos por unos divertidos senderos “zigzagueando” entre los pinos y las piedras para llegar al pueblo, dirigiéndonos a continuación donde teníamos aparcados los vehículos y donde Jose llevaba esperando bastante tiempo.
Como es habitual en nuestras rutas mensuales, al finalizar el pedaleo nos esperaba un buen avituallamiento sólido y líquido (muy bien merecido en la jornada de hoy) tras realizar una durilla y estupenda ruta de unos 50 kilómetros, muy bonita en su recorrido a excepción de las dos zonas de “empuja-bike” que nos retrasaron mucho tiempo haciendo que se prolongara demasiado el tiempo de realización de la ruta.

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