martes, 15 de noviembre de 2016

Domingo 13 de noviembre de 2016 (Sendereando el cerro de San Esteban)



Con algo de fresquito a primera hora, nos hemos juntado en la Plaza Mayor en la jornada de hoy un grupito compuesto por Eltiolavara, Perejil, Transcastro, Alberto, Jorge, Horacio y Rafa por el Club, además de Javi de El Encinar.
Con unas cervecitas prometidas por Transcastro al finalizar la ruta, se hacía “necesario” estar pronto de vuelta, así que con ese fin unos minutos después de las nueve echamos a rodar desde la Plaza Mayor de Villa del Prado poniendo rumbo sur para abandonar Villa del Prado por el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que llegamos hasta la pista asfaltada que enlaza la carretera M-507 con la ermita de La Poveda, donde giramos a la izquierda para tomar durante unos metros la misma y a continuación desviarnos a la derecha para por un camino llegar hasta la carretera M-507.
Cruzamos la carretera para incorporarnos al camino del Molino de Rodeles, que recorrimos hasta enlazar con el camino-sendero que transcurre por detrás del Safari Park, y por el que llegamos hasta la carretera de Picadas, incorporándonos a la misma para realizar un rápido ascenso para terminar de calentar las piernas antes de descender hasta el muro del embalse.
Allí comenzamos a rodar a buen ritmo sorteando los charcos que todavía quedaban desde las últimas lluvias para recorrer todo el bonito entorno de la vía verde de Picadas hasta llegar junto a la depuradora de Pelayos, continuando después por el senderito que bordea el cerro del Cubo para después pasar bajo la circunvalación de la carretera M-501 (doblando el lomo) por un tubo y bordear también la nueva estación de tratamiento de aguas de Pelayos.
Cruzamos la carretera y pasando por la gasolinera de Pelayos nos dirigimos hacia las cercanías del muro de San Juan, donde íbamos a comenzar con la zona más bonita de la jornada a la vez que “durilla”, empezando con una primera subida hacia el cerro de San Esteban para a continuación tomar una trialera de bajada con algunas piedras y un par de pinos tronchados por el viento que nos llevó hasta las cercanías del embalse de San Juan, recorriendo un precioso sendero junto al mismo hasta llegar a la arena del embalse, donde paramos durante unos minutos para hacernos una fotito.
Retomamos la marcha y ahora tocaba de nuevo ascender, ésta vez por la cara norte del cerro haciendo frente a algún tramo técnico de raíces y sobre lanchas de piedra que aunque algo durillo resulta muy bonito y divertido, y que realizamos hasta que “a medio cerro” hicimos al solecito la “parada barrita” de la jornada, coincidiendo con el punto desde el que comenzaba el sendero por el que íbamos a realizar el siguiente tramo de bajada.
Y tras reponer fuerzas, retomamos las burras para acometer una primera bajada por un estrecho senderito con un par de escalones técnicos y enlazar después con lo que nosotros llamamos “los toboganes”, que se trata de un bonito tramo de senderos “sube-baja” entre los pinos por el que continuamos bajando hasta llegar a las cercanías de las ruinas del monasterio de Santa María la Real en Pelayos.
Una vez bordeado todo el cerro de San Esteban y habiendo disfrutando de sus senderos, llegaba el momento de poner rumbo de regreso al pueblo, para lo que nos dirigimos hacia la carretera M-501 para pasar bajo la misma por un puente y dirigirnos hacia la Cañada de Talavera, donde el grupo se dividió en dos, ya que Perejil y Horacio “nos les molaba la idea” de hacer la subida y decidieron regresar al pueblo recorriendo de nuevo la vía verde de Picadas.
Los restantes, Eltiolavara, Jorge, Transcastro, Javi, Alberto y Rafa comenzamos a ascender por la Cañada de Talavera a ritmo alto, con un trío en cabeza formado por Rafa, Transcastro y Javi que conseguimos dar alcance a otro “biker” que habíamos visto desde abajo “luchar contra las cuestas”.
Paramos en el alto para reagruparnos tras la subida y reanudamos la marcha hasta llegar a la laguna que forma el arroyo de Las Labores, donde nos incorporamos al antiguo camino de Pelayos de la Presa a Villa del Prado para comenzar un nuevo tramo de subida, aunque ésta vez por camino y donde de nuevo volvimos a “dar caza” al “biker”, ya que nos había pasado mientras esperábamos para reagruparnos tras la subida de asfalto.
Pasando bastante calor durante una subida en la que “nos sobraba” ropa, llegamos al alto en la ladera del cerro Rojo y tuvimos otra “parada de reagrupamiento” antes de comenzar el descenso hasta el pueblo, donde echamos de menos durante unos minutos a Eltiolavara, que al llegar nos comentó que había roto la cadena al inicio de la subida y que había tenido que parar a arreglar la avería, de ahí su retraso.
Una vez reagrupados, emprendimos el descenso final hacia el pueblo desviándonos más adelante a la derecha como es habitual para continuar bajando por el divertido senderito que conduce hasta el depósito del agua de Villa del Prado, desde donde sólo nos restaba un último tramo de descenso entre los tomillos hasta llegar al pueblo.
Desde allí nos dirigimos hacia la Plaza Mayor con el objetivo de dar cuenta de las cervecitas a la salud de Transcastro por su cumpleaños, donde nos encontramos de nuevo con Horacio y Perejil que llegaban a la vez que nosotros después de una bonita ruta de unos 41 kilómetros en la que hemos disfrutado de bastantes senderos además de acompañarnos una buenísima climatología que por momentos ha hecho que “echáramos de menos” la manga corta.
Y así terminamos la jornada “hidratándonos” al solecito, ya que………¡¡no todo va a ser dar pedales!!.

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