De nuevo ha llegado el domingo, y fieles a nuestra cita con el pedal nos
hemos juntado en la Plaza Mayor a la hora de siempre un buen grupo compuesto
por Eltiolavara, Transcastro, Horacio, Jose "el Mara",
Noesperoanadie, Javichy, Alberto y Rafa, además de Juan Pedro “Tresme”.
Como hacía una temperatura agradable, decidimos comenzar la ruta “tirando p’arriba”,
así que “con las mismas” pusimos rumbo norte para tras pasar junto a las
instalaciones de la piscina municipal tomar el antiguo camino de Villa del
Prado a San Martín, por el que subimos a buen ritmillo con Transcastro en
cabeza del grupo.
Realizamos toda la subida y llegamos hasta la Cañada de Talavera, donde
giramos a la izquierda para hacer frente a la cuesta asfaltada y descender
después hasta las cercanías de la carretera N-403, donde tomamos un camino que
nos llevó a internarnos dentro de la finca "La Granjilla",
transitando por un bonito entorno entre los pinos y realizando un tendido
ascenso para a continuación descender hasta la carretera M-541, que cruzamos
para continuar la marcha por diversos senderos en leve ascenso que nos llevaron
hasta el "Alto de Castillejos", donde hicimos la primera “parada
barrita” de la jornada.
Tras reponer fuerzas, reanudamos la marcha para disfrutar de un divertido
descenso por unos senderos que nos llevó hasta la carretera M-501 junto a la
ermita del Cristo de la Sangre de San Martín de Valdeiglesias, donde cruzamos
la carretera para internarnos en el pueblo y atravesar el mismo hasta llegar a
un parque junto a la antigua estación del tren de San Martín de Valdeiglesias, donde
hicimos una nueva paradita para reponer agua en una fuente.
Continuamos la marcha tomando el camino (asfaltado) de la Nava durante unos
metros para a continuación desviarnos a la derecha y tomar el camino (también
asfaltado) de Los Molinos, por el que llegamos hasta el “Punto Limpio” de San Martín
de Valdeiglesias, donde “por fin” desapareció el asfalto y continuamos por
camino hasta llegar a la carretera de San Ramón, donde cruzamos para tomar unos
senderitos por los que nos dirigimos hacia el cerro de San Esteban.
Comenzamos entonces el técnico y divertido ascenso por el sendero que
transcurre por la ladera del cerro, rodando en algunos tramos sobre lanchas de
piedra para a continuación descender hacia la “cara sur” del cerro y disfrutar
de unas bonitas vistas del embalse.
Después de una fotito con el embalse de fondo, reanudamos la marcha
haciendo frente a un descenso con alguna zona “jodida” donde tuvimos que echar “pie
a tierra” y aún así alguno tuvo algún golpe con el sillín en “las partes nobles”
o algún leve aterrizaje.
Tras la parte “chunga” del descenso, llegamos a una zona más cómoda por la
que continuamos descendiendo hasta llegar a el muro del embalse, pasando sobre
el mismo para continuar descendiendo hasta llegar a la gasolinera de Pelayos de
la Presa junto a la carretera M-501.
Tomamos durante unos metros la carretera, pasando por la rotonda “con algo
de acojone” por todo el tráfico que en esos momentos había y continuamos por
ella unos metros hasta desviarnos a la derecha para enlazar con el comienzo de
la vía verde de Picadas.
Fue “ver el llano” y a algunos se les pusieron las “orejas tiesas” y empezaron
a darlo todo, mientras que Transcastro y Rafa se quedaron esperando a Horacio,
que después de un mes de inactividad ya empezaba a notar el esfuerzo.
En el puente antes de llegar a la presa, el “trío de detrás” tuvo que hacer
una parada obligada para reparar un pinchazo en la rueda trasera de Rafa,
momento en el que Transcastro y Horacio aprovecharon para darse un chapuzón en
el embalse y retomar la ruta “mas fresquitos”.
Una vez arreglado el pinchazo el trío reanudó la marcha para continuar con
el ascenso por la carretera hasta llegar al alto, donde esperaba el resto del
grupo para proseguir con el posterior descenso por la carretera hasta
desviarnos a la derecha para tomar como es habitual el camino de detrás del
Safari Park, por el que enlazamos con el camino del Molino de Rodeles hasta
llegar a la carretera M-507 a la altura de "El Rececho" donde cruzamos la carretera para enlazar con el antiguo trazado del ferrocarril
Madrid-Almorox y recorrer los últimos kilómetros hasta llegar al pueblo “sanos y salvos”.
Durante toda la jornada nos ha acompañado una agradable temperatura sin esa
sensación de calor que veníamos sufriendo los últimos domingos y habiendo
realizado una divertida rutilla de unos 47 kilómetros en la que hemos
disfrutado de unos buenos tramos de senderitos.
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