Dispuestos a disfrutar de otra
mañana calurosa nos hemos juntado a las nueve en la Plaza Mayor un grupo
compuesto por Eltiolavara, Alberto, Transcastro, Jose, Horacio, Rafa y
Noesperoanadie, al que llevábamos “sin ver el pelo” desde hacía dos meses, uniéndose
también al grupo “Los Caracoles” Jorge y Pablo.
Como los últimos domingos nos
habíamos demorado bastante en la hora de regreso al pueblo, decidimos hacer una
“cortita” para que diera tiempo a tomarnos unas cervecitas a la vuelta, así que
para “ganarnos las cervezas” la ruta tendría que ser “corta e intensa” y….¿¿Que
tenemos “intenso” por la zona??......¡¡¡Pues el Alto de la Mira!!!.
Así que tras esperar unos minutos
por si aparecía alguien más, echamos a rodar poniendo rumbo norte para tomar el
antiguo camino de Villa del Prado a San Martín de Valdeiglesias, por el que comenzamos
a subir con Pablo destacado en cabeza y los demás a buen ritmillo.
Al llegar a la puerta de arriba,
Transcastro dijo que la rodilla le dolía mucho (producto de la caída del
domingo anterior) y que no podía continuar, con lo que “su ruta” terminó ahí,
despidiéndose hasta el próximo domingo y dándose la vuelta para regresar al
pueblo.
El resto del grupo continuamos
con el ascenso hasta llegar a la Cañada de Talavera, que atravesamos para
continuar por el camino de San Martín, que después se convierte en
camino-cortafuegos y que estaba “recién aradito”, con mucha tierra suelta y
haciendo difícil el pedaleo en algunos tramos.
Tras realizar un buen esfuerzo
por el cortafuegos, donde en algunos tramos de tierra suelta algunos tuvieron
que poner “pie a tierra” llegamos al camino de Fuenfría, donde tras unos metros
giramos a la derecha para dirigirnos a afrontar el ascenso al Alto de la Mira
por su cara norte.
Y tras pasar una barrera comenzamos
a hacer frente a esas buenas rampas de piedra suelta y grietas donde casi todos
menos Rafa, Pablo y Jorge tuvieron que “descabalgar” en algún momento.
Tras la “corta” pero intensa
subida, fuimos llegando a la cima “con cuentagotas” hasta reunirnos todos junto
a la antena para realizar allí una merecida “parada barrita” además de la
fotito de grupo con vistas hacia el norte.
Después de reponer fuerzas y
“bajar pulsaciones” llegó el momento del descenso, para el que tomamos un
sendero técnico entre pinos y jaras por el que después salimos a un cortafuegos
(también arado, aunque algo más “asentado) por el que bajamos hasta la
explanada a los pies del cerro Valdenoches, desde nos encaminamos a realizar la
subida al cerro por su pista de piedra suelta.
Coronamos el cerro Valdenoches y
a continuación de nuevo tocaba descenso por un rápido cortafuegos donde Jose
bajó “como loco” y que nos llevó a los pies del cerro de Las Mucas, donde de
nuevo tocaba una buena subidita por un cortafuegos en el que de nuevo el
personal tuvo que poner pie a tierra menos Rafa, Jorge y Pablo.
Tras reagruparnos en el alto, a
continuación nos dirigimos hacia el comienzo de “las zetas de Pelayos”, por las
que hacía bastante tiempo que no bajábamos y que encontramos en mejor estado
que la última vez que estuvimos por allí.
Al final del descenso y con
“hormigueo” en los brazos por las piedras, nos dirigimos hacia el camino de
Valdeyeros, donde tras unos metros….¡¡Pum!!, Jorge destalonó la cubierta
trasera, con lo que hubo que hacer una paradita para ponerla de nuevo en su
sitio (milagrosas botellas de aire comprimido) para poder reanudar la marcha.
Nos dirigimos al pinar junto al
arroyo de Las Labores y desde allí tomamos un camino para pasar por debajo de
la carretera M-501 y bordear el
pueblo de Pelayos para dirigirnos hacia el muro del embalse de San Juan,
pasando sobre el mismo para contemplar como el embalse está prácticamente al
100% de su capacidad.
Continuamos después la marcha
hasta la gasolinera de Pelayos, donde hicimos una paradita para comprar unas
botellas de agua fresquita con las que reponer los bidones para después incorporarnos
durante unos metros la carretera M-501 para enlazar con el inicio de la vía
verde de Picadas.
Y para variar, fue tomar contacto
con “el llano” y “desatarse las hostilidades” con Noesperoanadie en cabeza, lo
que hizo que el personal “se volviera loco” y pusieran un ritmo infernal, con
excepción de Horacio, Alberto y Rafa que se lo tomaron con más tranquilidad,
quedándose “perdidos” con respecto al grupo.
Recorrimos toda la vía verde
hasta llegar a la presa, pasando sobre el muro y continuando con el ascenso por
la carretera para reagruparnos todos en el alto, y desde allí realizar el descenso
hasta enlazar con el camino que transcurre por detrás del detrás del Safari
Park, por el que rodamos hasta conectar con el camino del Molino de Rodeles que
nos llevó junto a la carretera M-507 a la altura de El Rececho.
Cruzamos la carretera y enlazamos
con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox para regresar al pueblo
tras hacernos una buena rutilla con subidas durillas y descensos vertiginosos de
unos 40 kilómetros en la que hemos visitado “los tres picos” comenzando por el
punto más alto de la zona, el alto de la Mira, seguido del cerro Valdenoches y
el cerro de Las Mucas.
Al llegar al pueblo, como era una “hora prudencial” y además
lo teníamos en mente, nos dirigimos al lugar de comienzo de la ruta, la Plaza
Mayor, donde el amigo Jose nos invitó a unas cervecitas que nos supieron a
gloria después del calorcito pasado. ¡¡Muchas gracias, Jose!!
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