martes, 8 de marzo de 2016

Domingo 6 de marzo de 2016 (De visita arqueológica por Cadalso de los Vidrios)



Aunque según los meteorólogos la previsión del tiempo no era "muy halagüeña" ya que se anunciaba bastante frío, ha amanecido una jornada con cielos despejados que invitaba a disfrutar de una buena mañana de bici, para lo que hemos acudido puntuales a nuestra cita dominical un sexteto compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Horacio, Jose "el Mara", Alberto "el sapero" y Rafa.
Tras los minutillos habituales de cortesía, comenzamos la ruta saliendo del pueblo por el camino del Valle, ascendiendo por una leve cuesta para bajar después hacia el arroyo de Arrelobos y calentando las piernas a continuación con otra buena cuesta antes de bajar hacia el arroyo Arrofresnos, volviendo de nuevo a hacer frente a un nuevo rampón que nos llevó hasta el camino del Majanal, por el que "ya bien calentitos" llegamos hasta las cercanías de la urbanización "El Encinar del Alberche", donde tomamos el cortafuegos que bordea la urbanización por su parte sur además de una calle de la urbanización para enlazar con la pista que comunica con la urbanización de Pinar de Almorox.
Tomamos la pista con dirección a Pinar de Almorox, aunque al llegar a la misma nos desviamos a la derecha para hacer frente a un nuevo cuestón con porcentaje de más del 20% donde únicamente Rafa, Transcastro y Eltiolavara subieron sin poner pie a tierra, teniendo el resto que hacer unos metros de "empuja-bike".
Continuamos la ruta por un bonito camino entre los pinos que transcurre bordeando la urbanización y después en paralelo a la carretera N-403, hasta llegar a la pista asfaltada que va hacia El Encinar del Alberche, donde giramos a la izquierda para cruzar la carretera N-403 junto a la urbanización de El Romillo y tomar un sendero corto pero divertido que nos llevó a enlazar con la Cañada de Talavera.
Nos incorporamos a la Cañada de Talavera, por la que rodamos durante unos kilómetros hasta desviarnos a la derecha para tomar un sendero y posterior camino por el que salimos a la cantera del "Lanchar de la Osa", que bordeamos para continuar por unos caminos hasta llegar al "Molino de Cadalso", un antiguo molino que se alimentaba del caudal del arroyo del Pinillo y que en otro tiempo utilizarían los cadalseños.
Junto al molino, además de las obligadas fotitos hicimos la "parada barrita" de la jornada, reanudando después la marcha hasta salir a la carretera M-542, que tomamos durante unos metros hasta llegar a Cadalso de los Vidrios.
Atravesamos el pueblo para dirigirnos al "camposanto", donde tenemos "echao el ojo" a la fuente que allí hay y donde paramos unos minutillos para rellenar las botellas antes de continuar la marcha para dirigirnos hacia la bonita trialera-sendero que baja hasta la urbanización de "El Mirador de Cadalso".
Comenzamos a bajar mientras disfrutábamos a nuestra derecha de unas impresionantes vistas de todo el valle del arroyo Tórtolas, con la grata sorpresa de que la trialera la habían arreglado con motivo de que era parte del circuito del Open de Cadalso celebrado hace un par de semanas haciéndola más fácil y disfrutona.
Tras el descenso nos reagrupamos a la entrada de la vía pecuaria del arroyo del Boquerón, donde pusimos un buen ritmillo con Alberto en cabeza que hizo que alguno "flojeara un poco" y que nos llevó hasta la carretera M-541, atravesando la misma para continuar por un sendero hasta llegar a la laguna del manantial del Andrinoso y desde allí hasta la carretera N-403, que tomamos durante unos metros hasta enlazar con la pista asfaltada que lleva hasta la Cañada de Talavera.
Bajamos por la Cañada de Talavera hasta enlazar con el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado, donde antes de afrontar el descenso final hasta el pueblo nos desviamos a la izquierda para tras pasar una puerta, tomar el camino que discurre por la ladera del cerro Lucía pasando por una explotación ganadera abandonada y enlazar así con el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos.
Tras recorrer unos metros el camino, nos desviamos a la derecha para tomar el divertido senderito que lleva hasta detrás del depósito del agua de Villa del Prado, desde donde continuamos bajando por un sendero entre los tomillos hasta salir al inicio del camino de Villa del Prado a Pelayos.
Hemos disfrutado de una mañana espectacular en la que nos ha salido una bonita rutilla de unos 37 kilómetros algo "rompepiernas" en la que hemos visitado otro "vestigio arqueológico" de la zona que teníamos un poco olvidado y que algunos de los integrantes del grupo de hoy no conocían.

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