Aunque según los meteorólogos la previsión del tiempo no era "muy
halagüeña" ya que se anunciaba bastante frío, ha amanecido una jornada con
cielos despejados que invitaba a disfrutar de una buena mañana de bici, para lo
que hemos acudido puntuales a nuestra cita dominical un sexteto compuesto por
Eltiolavara, Transcastro, Horacio, Jose "el Mara", Alberto "el sapero"
y Rafa.
Tras los minutillos habituales de cortesía, comenzamos la ruta saliendo del
pueblo por el camino del Valle, ascendiendo por una leve cuesta para bajar
después hacia el arroyo de Arrelobos y calentando las piernas a continuación
con otra buena cuesta antes de bajar hacia el arroyo Arrofresnos, volviendo de
nuevo a hacer frente a un nuevo rampón que nos llevó hasta el camino del
Majanal, por el que "ya bien calentitos" llegamos hasta las cercanías
de la urbanización "El Encinar del Alberche", donde tomamos el
cortafuegos que bordea la urbanización por su parte sur además de una calle de
la urbanización para enlazar con la pista que comunica con la urbanización de
Pinar de Almorox.
Tomamos la pista con dirección a Pinar de Almorox, aunque al llegar a la
misma nos desviamos a la derecha para hacer frente a un nuevo cuestón con
porcentaje de más del 20% donde únicamente Rafa, Transcastro y Eltiolavara
subieron sin poner pie a tierra, teniendo el resto que hacer unos metros de
"empuja-bike".
Continuamos la ruta por un bonito camino entre los pinos que transcurre
bordeando la urbanización y después en paralelo a la carretera N-403, hasta
llegar a la pista asfaltada que va hacia El Encinar del Alberche, donde giramos
a la izquierda para cruzar la carretera N-403 junto a la urbanización de El
Romillo y tomar un sendero corto pero divertido que nos llevó a enlazar con la
Cañada de Talavera.
Nos incorporamos a la Cañada de Talavera, por la que rodamos durante unos kilómetros
hasta desviarnos a la derecha para tomar un sendero y posterior camino por el
que salimos a la cantera del "Lanchar de la Osa", que bordeamos para
continuar por unos caminos hasta llegar al "Molino de Cadalso", un
antiguo molino que se alimentaba del caudal del arroyo del Pinillo y que en
otro tiempo utilizarían los cadalseños.
Junto al molino, además de las obligadas fotitos hicimos la "parada
barrita" de la jornada, reanudando después la marcha hasta salir a la
carretera M-542, que tomamos durante unos metros hasta llegar a Cadalso de los
Vidrios.
Atravesamos el pueblo para dirigirnos al "camposanto", donde
tenemos "echao el ojo" a la fuente que allí hay y donde paramos unos
minutillos para rellenar las botellas antes de continuar la marcha para
dirigirnos hacia la bonita trialera-sendero que baja hasta la urbanización de
"El Mirador de Cadalso".
Comenzamos a bajar mientras disfrutábamos a nuestra derecha de unas
impresionantes vistas de todo el valle del arroyo Tórtolas, con la grata
sorpresa de que la trialera la habían arreglado con motivo de que era parte del
circuito del Open de Cadalso celebrado hace un par de semanas haciéndola más
fácil y disfrutona.
Tras el descenso nos reagrupamos a la entrada de la vía pecuaria del arroyo
del Boquerón, donde pusimos un buen ritmillo con Alberto en cabeza que hizo que
alguno "flojeara un poco" y que nos llevó hasta la carretera M-541, atravesando
la misma para continuar por un sendero hasta llegar a la laguna del manantial
del Andrinoso y desde allí hasta la carretera N-403, que tomamos durante unos
metros hasta enlazar con la pista asfaltada que lleva hasta la Cañada de
Talavera.
Bajamos por la Cañada de Talavera hasta enlazar con el antiguo camino de
San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado, donde antes de afrontar el
descenso final hasta el pueblo nos desviamos a la izquierda para tras pasar una
puerta, tomar el camino que discurre por la ladera del cerro Lucía pasando por
una explotación ganadera abandonada y enlazar así con el antiguo camino de
Villa del Prado a Pelayos.
Tras recorrer unos metros el camino, nos desviamos a la derecha para tomar
el divertido senderito que lleva hasta detrás del depósito del agua de Villa
del Prado, desde donde continuamos bajando por un sendero entre los tomillos
hasta salir al inicio del camino de Villa del Prado a Pelayos.
Hemos disfrutado de una mañana espectacular en la que nos ha salido una
bonita rutilla de unos 37 kilómetros algo "rompepiernas" en la que
hemos visitado otro "vestigio arqueológico" de la zona que teníamos
un poco olvidado y que algunos de los integrantes del grupo de hoy no conocían.
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