Mañanita fría y ventosa la
amanecida hoy, pero como siempre hay algunos locos dispuestos a disfrutar de la
bici a pesar de la climatología, en la Plaza Mayor a la hora estipulada nos
hemos juntado un grupito de valientes compuesto por Eltiolavara, Transcastro,
Horacio, Perejil y Rafa, además de
nuestro amigo Alberto de Villamanta que hoy se ha animado a compartir penalidades en forma de frío con nosotros.
Con la "rasca" que hacía, estaba
claro que no quedaba otra opción que "tirar p'arriba" para entrar pronto en calor, así que por
variar un poco nos dispusimos a abandonar el pueblo por el antiguo camino de
Pelayos. Cuando íbamos a cruzar la carretera se
unieron a nosotros Toni y Angel, dos miembros de "Ciclos Alberche".
Tras pasar junto a las
instalaciones de la piscina municipal, giramos a la derecha para dirigirnos
hacia el camino de Pelayos, donde enseguida íbamos a poner "la caldera a tope" con la
primera rampa que nos esperaba, comenzando un ascenso en el que además de las
cuestas teníamos que hacer frente al frío viento que venía del norte.
A buen ritmillo realizamos toda
la subida, reagrupándonos donde comienza la bajada hacia la Cañada de Talavera
para girar a la izquierda y continuar ascendiendo unos metros por el camino que
bordea el cerro Rojo hasta desviarnos a la derecha para tomar un camino que
tras pasar por un pinar nos llevó a la Cañada de Talavera.
En la Cañada giramos a la
izquierda para continuar subiendo hasta llegar al camino de Valdenoches, que
tomamos con dirección al cerro del mismo nombre comenzando después el ascenso
hacia las antenas que hay en su cima.
Durante la corta y pedregosa subida
quedamos al descubierto de cualquier "protección natural", lo que
hizo que el fuerte y frío viento que venía del norte nos diera de lleno. Nos reagrupamos
durante unos segundos en la cima para tras contemplar como las "nubes de
nieve" estaban descargando sobre la sierra de Gredos.
Comenzamos entonces el descenso
por la ladera del cerro Valdenoches por un sendero-trialera entre la jaras por
el que desembocamos en un camino que tomamos a la derecha para dirigirnos hacia
una "explanada" situada al pie
del cerro de las Mucas, que bordeamos por el lado derecho tomando un bonito
camino-sendero por el que más adelante salimos a un cortafuegos que baja desde
lo alto del cerro.
Atravesamos el cortafuegos para continuar
por un camino y posterior sendero entre los pinos por la ladera del cerro de
Las Mucas hasta salir a otro cortafuegos por el que realizamos un descenso con
algunos tramos de "vértigo" donde Eltiolavara tuvo un pequeño
aterrizaje por suerte sin consecuencias.
El descenso por el cortafuegos
nos llevó junto al arroyo de Las Labores, donde Angel y Toni tomaron camino de
regreso al pueblo mientras que los demás tomamos un senderito por el pinar para
posteriormente pasar bajo la carretera M-501 y bordear el pueblo para
dirigirnos hacia el embalse de San Juan, con parada para hacernos la fotito de
la jornada junto a un hórreo.
Continuamos hasta el muro de
contención del embalse y lo recorrimos entero, pero tal era la fuerza del
viento que fue imposible hacernos una foto con la panorámica del embalse
(bastante bajo de agua, por cierto).
Retomamos la marcha hasta la
gasolinera de Pelayos, donde tomamos unos metros de carretera para después de
pasar por la rotonda desviarnos a la derecha para tomar un sendero que bordea el
cerro del Cubo y que nos llevó a salir junto a la depuradora de Pelayos, punto
de inicio de la vía verde de Picadas.
Con ayuda del "viento de
cola" recorrimos a buen ritmo el bonito entorno de la vía verde hasta
llegar a la presa, pasando sobre el muro y continuando con el ascenso por la
carretera y posterior descenso hasta enlazar con el camino que transcurre por
detrás del detrás del Safari Park, donde recorreremos el camino mientras observábamos
a los animales hasta enlazar con el
camino del Molino de Rodeles, por el que llegamos junto a la carretera M-507 a
la altura de El Rececho.
Cruzamos la carretera y enlazamos
con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox para regresar al pueblo de
nuevo luchando contra el viento que en esta ocasión nos golpeaba de costado.
Al final hemos hecho una buena
rutilla de algo más de 37 kilómetros en la que nos ha acompañado un fuerte y
frío viento del norte durante toda la mañana, en uno de esos días en que hay
que ser valiente para salir a dar pedales.
Al llegar al pueblo y como íbamos
bien de hora (las doce y media), Perejil se ofreció a invitar a unas cervecitas,
para lo que nos dirigimos al lugar de comienzo de la ruta, la Plaza Mayor,
donde en el Bar España el amigo Valentín (conocedor por experiencia de
"las penurias de los bikers durante los días de invierno") nos invitó
a un caldito caliente que nos supo a gloria para calentar el cuerpo antes de continuar
después con las cervecitas previstas (aunque al final fue Alberto el que
invitó). ¡¡Muchas gracias, Alberto!!.
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