Y llegó el
día de afrontar el reto de volver a ascender a la "Bola del Mundo" o
alto de las Guarramillas, que con sus 2.265 metros es "nuestro techo"
hasta ahora, y para ello tal y como habíamos quedado, nos hemos reunido a las
7,30 horas en la estación de autobuses Eltiolavara, Perejil, Noesperoanadie,
Horacio y Rafa.
Tras cargas
las bicis en "la fregoneta" de Eltiolavara, pusimos rumbo hacia Aldea
del Fresno, donde recogimos a Jose "Mara" antes de continuar nuestro
camino hacia Cercedilla.
Al llegar a
Cercedilla ya nos esperaban nuestros amigos de "los Cadaáveres de
Getafe", con un grupo compuesto por Javi "el Tupé", Fernando
"Papuchi", David "Triki", Rober "Pelao", Victor
"Sanitario", Miguel "Pluma" y Juanmi, que de nuevo estaban
dispuestos a compartir con nosotros una buena jornada de bici, cuestas y
piedras.
Tras los
saludos de rigor y los preparativos oportunos, comenzamos a pedalear alrededor
de las nueve de la mañana, iniciando nuestro recorrido desde el parking que hay
algo más abajo de la estación de Renfe de Cercedilla, para desde allí atravesar
el pueblo para ir calentando las piernas y dirigirnos hacia el camino del
Calvario.
Comenzamos
el ascenso por el camino del Calvario, que transcurre por un pinar con mucha
vegetación y donde la subida al principio es suave, pero según avanzamos vamos
encontrando cada vez más tramos algo complicados con muchas piedras sueltas,
raíces y alguna que otra buena rampa donde había que darlo todo para no bajarse
de la bici.
Precisamente
en uno de estos tramos "complicados" fue donde uno de los miembros del
grupo, Víctor "Sanitario", tuvo un percance de importancia, cuando al
intentar subir por un tramo de raíces se cayó golpeándose con el manillar en el
labio inferior haciéndose un buen corte.
Tras unos
minutos de parada para hacerle una cura, realizamos los últimos metros del
camino del Calvario hasta llegar a la parte baja de Navacerrada, donde tras
pasar una barrera callejeamos unos metros hasta salir a la carretera M-601, por
la que rodamos durante algo menos de un kilómetro hasta llegar al pie del
camino de cemento que tras algo más de 3 kilómetros y medio que nos llevaría
hasta La Bola; haciéndonos pasar de 1.860 m a 2.267 m.
Cada uno a
su ritmo y dándole al "molinillo" comenzamos el ascenso mientras en
el contador del gps iban sumando los metros de altitud más rápido de lo que
subíamos esas rampas que, aunque duras, al tener buen firme hacían la subida
"menos chunga".
Aunque
algunos tuvieron que echar pie a tierra durante unos metros, la mayoría del
grupo llegamos arriba del tirón, esperando en la cima el "goteo"
hasta reagruparnos todos para poder hacernos la fotito testimonio de haber
coronado y haber cumplido el reto.
Tras reponer
fuerzas, y hacernos algunas fotillos con las impresionantes vistas que hay
desde allí, y dado que hacía bastante fresquete, llegó el momento de afrontar
el descenso, de verdadero vértigo en algunos momentos, y que nos hizo llegar
abajo con los hombros y las manos cargaditos, además del "olorcillo"
a frenos que se podía percibir.
Una vez
reagrupados abajo, continuamos la ruta subiendo el repecho asfaltado que nos
condujo hasta la residencia de "Los Cogorros", desde donde nos
incorporamos al Camino Schmidt.
El Camino Schmidt
es un precioso sendero que transcurre entre el puerto de Navacerrada y el Valle
de la Fuenfría a través de un frondoso bosque de pinar recorriendo la ladera
norte de Siete Picos, siendo totalmente ciclable en ambos sentidos aunque con
algunos tramos técnicos con piedras y raíces.
Compartiendo
el camino con algunos grupos de senderistas, y haciendo frente a sus subidas y
bajadas, disfrutamos del entorno de este precioso sendero que nos llevó hasta
el puerto de la Fuenfría.
Una vez en
Fuenfría y para afrontar el descenso final, el grupo se dividió en dos, por un
lado "Triki", "Papuchi", Juanmi y Víctor que querían el
descenso fácil se fueron por la "Carretera de la República hasta llegar de
nuevo a Cercedilla, mientras que los que "no habíamos tenido suficientes
piedras" (el Tupé, Eltiolavara, Horacio, Pelao, Perejil, Noesperoanadie,
Mara, Miguel y Rafa nos dispusimos a bajar por el camino viejo de Segovia.
Y comenzamos
un descenso técnico y con mucha piedra entre los pinos y los helechos, con algunos
tramos complicados y otros muy disfrutones ya pensando en el avituallamiento
que nos esperaba en los coches.
A algo menos
de un kilómetro de terminar, tuvimos que hacer una parada para arreglar un
pinchazo en la rueda trasera de Miguel, y después continuamos el descenso hasta
llegar a un tramo de "escalones" por el que desembocamos directamente
donde teníamos los coches.
Guardamos
las bicis en "la fregoneta" y nos dispusimos a darnos el "merecido
homenaje" junto a una mesa de granito donde "los Cadaáveres" que
se habían bajado por la carretera de la República ya tenían la "mesa
puesta" llena de "viandas" y donde añadimos "mas
material".
Y así mientras
comentábamos lo acontecido durante la jornada, nos pusimos "hasta las
orejas" con un banquete espectacular, donde sobró casi la mitad de la
comida, pero que bien merecido teníamos después del rutón que nos habíamos
marcado, que pese a ser de sólo unos 33 kilómetros ha sido bastante durillo.
Por supuesto
y como siempre, ha sido un verdadero gustazo compartir esta jornada de MTB con unos
tíos tan grandes como "los Cadaáveres de Getafe", algo que desde
luego volveremos a repetir en muchas más ocasiones.
¡¡¡Un placer otra vez,
Chavales!!!
El placer ha sido nuestro. Lo hemos pasado genial. Gracias de nuevo por compartir estos buenos momentos.
ResponderEliminarUn saludo.
Ya sois unos figuras cuesta arriba!!!, jajaja.
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