martes, 26 de agosto de 2014

Domingo 24 de agosto (De rutón y bañito)



Hoy nos tocaba una nueva rutilla de las que hacemos mensualmente desplazándonos a algún lugar "fuera de nuestras fronteras", habiendo elegido para esta ocasión una ruta "sin subidones" en la que se bordea todo el embalse de El Burguillo.
Habíamos quedado en la estación de autobuses a las 8,15 horas, y allí nos hemos dado cita Eltiolavara, CarlitosGT, Transcastro, Miguel, Horacio, Raúl y Rafa. Tras unos minutos de espera por Noesperoanadie, que también había confirmado asistencia pero se le pegaron las sábanas y nos dio plantón, salimos hacia el punto de origen de la ruta, el hotel de Las Cruceras.
Llegamos sobre las 9,00 horas, y como siempre, tras los preparativos oportunos de bicis y equipamiento del personal, comenzamos a rodar con bastante fresquito por la carretera comarcal que pasando junto al "camping Valle de Iruelas" conduce hasta el poblado de "La Rinconada".
Tras recorrer unos kilómetros por la carretera, en "La Rinconada" por fin se acabó el asfalto y comenzamos a rodar por un camino que trascurre bordeando el embalse por su margen izquierda y desde el que podíamos ver algunas buenas "playitas" donde darse un baño en estas jornadas veraniegas.
Mientras recorríamos el camino, tuvimos que hacer la primera parada de la jornada por un pinchazo en la rueda trasera de Transcastro, que arreglamos en unos minutos para poder continuar nuestra marcha bordeando el embalse, cambiando más adelante el camino por un bonito sendero con algún que otro tramo técnico ya casi en la cola del mismo.
El senderito nos llevó hasta un camino donde a la sombrita hicimos la "parada barrita" de la jornada para reponer fuerzas una vez que ya habíamos recorrido la margen izquierda del embalse.
Tras unos minutos de relax acompañados de unas risas, proseguimos la ruta pasando por un puente sobre el río Alberche (que más bien parecía un arroyo) y llegamos a la carretera AV-902, por la que rodamos unos metros hasta llegar a una curva de la misma donde abandonamos el asfalto y tras pasar junto a una puerta tomamos un camino de subida entre los pinos con algún buen repecho.
El camino nos llevó hasta una pista de hormigón por la que rodamos durante unos metros, pero que al intentar seguir el recorrido que teníamos pensado nos encontramos con una puerta de una finca privada donde "el paisano" no estaba por la labor de dejarnos pasar, lo que hizo que nos diéramos la vuelta, no sin antes hacer otra parada para arreglar un nuevo pinchazo de Transcastro, aunque esta vez en la rueda delantera.
Volvimos sobre nuestros pasos por la pista de hormigón hasta el camino, por el que continuamos bajando hasta llegar a la carretera AV-902, a la tuvimos que incorporarnos durante algo menos de tres kilómetros para posteriormente abandonar el asfalto y desviarnos a la derecha para tomar un camino que transcurre por la margen derecha del embalse y por el que con continuas subidas y bajadas llegamos hasta el "puente de La Gaznata".
Allí paramos unos minutos para decidir si realizábamos la vuelta completa al embalse o dejábamos sin recorrer la recula donde el río de "La Gaznata" vierte sus aguas al Burguillo, decidiendo finalmente acometer los "diez kilómetros extras" que suponía bordear también esa recula, y eso que no comenzamos precisamente bien, ya que otro pinchazo, esta vez de Raúl, nos obligó a hacer una nueva parada.
Tras reparar el pinchazo y ya con una buena "torraera" cayendo, retomamos la marcha viendo como el recorrido nos llevaba en dirección opuesta a donde se encontraba el agua, aunque al menos en el trayecto encontramos un abrevadero que nos sirvió para reponer agua y refrescarnos un poco.
Tras una bajada llegamos hasta el camino de "La Gaznata", por el que pasamos sobre el pequeño puente que significaba el final de la recula y desde donde rodando a buen ritmo por el camino pusimos dirección hacia el puente, con buen grado de "envidia" mientras pedaleábamos por ver a toda la gente que se estaba dando un refrescante bañito.
El camino de "La Gaznata" nos llevó hasta el puente del mismo nombre, donde nos incorporamos a la carretera N-403 durante unos tres kilómetros hasta llegar al desvío que nos indicaba hacia el Valle de Iruelas, desde donde por asfalto continuamos la marcha pasando por encima del muro de la presa y recorriendo después los otros tres kilómetros por la carretera hasta llegar de nuevo al Hotel de Las Cruceras, punto de inicio de la ruta.
Ansiosos por refrescarnos en las aguas del embalse, tras colocar las bicis en la "fregoneta", nos despojamos de la equipación del Club y nos enfundamos el bañador, cogiendo a continuación las neveras con "las viandas" y nos dirigimos hacia la orilla, donde sin pensarlo dos veces dejamos todo y nos pegamos un chapuzón que nos supo a gloria después del calorcito que habíamos pasado en los últimos kilómetros de la ruta.
Después del bañito de lujo, como es habitual nos esperaba el avituallamiento líquido y sólido del que disfrutamos mientras entre risas y buen rollo comentábamos lo acontecido durante otra bonita jornada en la que habíamos disfrutado de la bici.
Al final, con el "recorrido extra" de la recula de "La Gaznata", nos han salido casi 50 kilómetros en una bonita ruta sin gran exigencia física aunque sí que hemos tenido que hacer frente a un par de buenos repechos. 




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