Continuamos con el “veroño”, y en otra jornada con buena temperatura nos hemos reunido en nuestro lugar habitual un grupito compuesto por Eltiolavara, César, Rafa, Juancar y Alberto y David, que habían venido en bici hasta el pueblo tras dejar el coche en el puente de Aldea.
Echamos a rodar hacia el norte por el antiguo camino
de Villa del Prado a San Martín de Valdeiglesias, por el que ascendimos durante
aproximadamente un kilómetro y medio hasta encontrarnos con la desagradable
sorpresa de que la puerta se encontraba cerrada con un candado al haber una
montería, lo que nos obligó a darnos la vuelta.
Al descender, nos internamos en el monte Gurugú, donde
con Juancar de guía hicimos un buen recorrido que nos hizo coger un buen “calentón”,
para posteriormente atravesar una valla por un agujero y descender por un sendero
hasta la carretera M-507, la cual atravesamos para dirigirnos hacia el cerro
Crespo y desde allí hacia el camino del Majanal para ascender hacia el Encinar
del Alberche.
Bordeamos la urbanización por el cortafuegos de su
parte sur y continuamos después hacia el sur siguiendo el cauce del arroyo del
Toril para posteriormente girar a la izquierda hacia las casas de Valdeolivas y
desde allí bordear la urbanización de Las Hoyas hasta llegar a la carretera M-540.
Rodamos por un sendero en paralelo a la carretera para
dirigirnos después hacia la finca La Blanca e incorporarnos al antiguo trazado
del ferrocarril Madrid-Almorox para realizar los últimos algo más de cuatro kilómetros
hasta regresar al pueblo, donde retomamos la buena costumbre de tomarnos unas
cervecitas al terminar la ruta, en esta ocasión a la salud de Alberto por su
reciente cumpleaños.
Esta vez ha sido una rutilla corta pero intensa, de
unos 29 kilómetros, sin alejarnos mucho del pueblo ya que Alberto y David
tenían que volverse en bici hasta el puente de Aldea, con lo que ellos han hecho
mas de veinte kilómetros adicionales.
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