En esta ocasión, en la Plaza Mayor nos hemos reunido un buen grupito compuesto por Eltiolavara, Alberto, David, César, Horacio, Nacho, Jorge y Rafa, además de Pablo y Adri.
Como hacía dos domingos habíamos tenido que “abortar ruta” cuando nos dirigíamos hacia Paredes de Escalona debido a los pinchazos y extravíos, en esta ocasión decidimos hacer otro intento aunque ésta vez dirigiéndonos directamente hacia Almorox, y con ese destino abandonamos el pueblo por el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox para al llegar a la finca “La Blanca” desviarnos a la derecha y tras pasar las bicis sobre un par de puertas de madera ascender hacia la zona del Prado de Valdeoliva.
Continuamos después con dirección a Almorox enlazando de nuevo con el antiguo trazado del ferrocarril para atravesar posteriormente el pueblo y tomar el camino de Los Enebrales, donde tuvimos que hacer frente a unas buenas rampas.
Casi en el alto nos desviamos a la izquierda para recorrer una bonita zona entre las encinas por la zona de Los Altillos y Prado Gamonal hasta salir a la carretera CM-543, a la que nos incorporamos durante menos de un kilómetro para posteriormente desviarnos a la derecha y recorrer la zona de la “Sierra del Medio” por un senderito hasta llegar a Paredes de Escalona.
Tras buscar infructuosamente una fuente para reponer agua en Paredes de Escalona, pusimos rumbo hacia Almorox pasando por la Ermita de la Virgen de la Nava, donde paramos a hacernos una fotito de grupo para después continuar por el camino de los Aralejos hasta llegar a la carretera N-403.
Tomamos durante unos metros la carretera y realizamos una parada en el cementerio de Almorox para reponer agua, continuando después por la N-403 hasta la gasolinera abandonada de Almorox, desde donde continuamos por un camino paralelo a la misma hasta la urbanización de Pinar de Almorox.
Atravesamos la urbanización de Pinar de Almorox y ascendimos después hasta El Encinar del Alberche, atravesando también esta urbanización para llegar a la carretera M-507 e incorporarnos a la misma para descender menos de un kilómetro y desviarnos a la derecha para descender hasta el pueblo, al que llegamos por el Polígono Industrial.
Para terminar la mañana de “buenas maneras” nos tomamos una cervecita a la salud de César, que aún la tenía pendiente desde su cumpleaños, terminando así otra jornada estupenda.
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