Con previsión de calorcito dada la época del año que estamos, nos hemos reunido en la Plaza Mayor a nuestra hora habitual un buen grupito compuesto por Eltiolavara, Alberto, David, Gabri, César, Horacio y Rafa.
Para esta ocasión el Presi había preparado una ruta de
“investigación” de un nuevo sendero en la zona de Entrepinos, así que hacia
allí pusimos rumbo abandonando el pueblo por el antiguo camino de Villa del
Prado a San Martín de Valdeiglesias, y ascendiendo a buen ritmo hasta llegar a la
Cañada de Talavera.
Nos incorporamos a la Cañada de Talavera y ascendimos
por la cuesta asfaltada para continuar hasta la carretera N-403, atravesando la
misma en las cercanías del Manantial del Andrinoso y dirigiéndonos a continuación
hacia la carretera M-541, la cual atravesamos para posteriormente comenzar a ascender
hacia Cadalso de Los Vidrios por la zona de “El Cigarral”, donde por desgracia
tuvimos que hacer una parada por “avería grave” de Alberto, ya que se le metió
un palo en el cambio y “se lo arrancó de cuajo”, por lo que tuvo que avisar
para que vinieran a recogerle mientras los demás continuamos la marcha ascendiendo
hacia Cadalso de los Vidrios mientras contemplábamos las bonitas vistas del
valle del arroyo del Boquerón.
Llegamos a Cadalso de los Vidrios y nos dirigimos
hacia el cementerio para después cruzar la carretera M-542 y descender por un
sendero hasta el camino que transcurre en paralelo al arroyo Tórtolas y que
tomamos hacia nuestra izquierda para unos metros más adelante hacer frente al “reto
de la jornada”, el ascenso por las “Zetas de Entrepinos”, con algún tramo del
18% de inclinación.
Tras un buen calentón, bordeamos la urbanización hasta
desviarnos a la derecha para tomar un camino por el que llegamos al comienzo
del sendero objeto de “exploración”, por el que comenzamos a descender durante
algo más de un kilómetro “zigzagueando” por la ladera hasta salir a un picadero
de caballos, resultándonos a todos un sendero bastante divertido que
seguramente volveremos a realizar en el futuro.
Nos dirigimos después hacia la carretera M-542 para rodar
por ella durante unos metros y desviarnos hacia la vía pecuaria del Boquerón,
por la que con su “picar hacia arriba” ascendimos para llegar de nuevo a la carretera
M-541 y “rehacer” una parte inicial de la ruta hasta llegar a las cercanías del
pueblo, donde antes de afrontar el descenso final nos desviamos a la izquierda para
tomar el camino que “faldea” el cerro Lucía hasta enlazar con el camino de
Pelayos y más adelante desviarnos hacia el sendero que pasando por detrás del
depósito del agua nos llevó de regreso a Villa del Prado.
Nos ha salido al final una buena rutilla de unos 42
kilómetros, en la que hemos pasado los mil metros de desnivel, con calorcito aunque
finalmente hemos pasado menos del esperado gracias a una ligera brisa que nos
ha acompañado durante toda la mañana.
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