Con la “amenaza” de una buena “torraera” en la jornada de hoy el grupo ha menguado y únicamente cinco valientes nos hemos reunido en la Plaza Mayor a nuestra hora habitual, Eltiolavara, Gabri, Horacio, Adrián y Rafa.
Ya que la previsión meteorológica daba muchísimo calor, decidimos dirigirnos hacia la zona del embalse de San Juan para poder “refrigerarnos” en caso de que subieran mucho las temperaturas.
Y con ese destino abandonamos el pueblo por el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos de la Presa, subiendo a buen ritmillo acompañados aún de una suave brisa fresquita que venía de maravilla.
Nos dirigimos después hacia la Cañada de Talavara y tras unos metros por ella nos desviamos a la derecha para tomar el camino de Valdenoches y dirigirnos hacia el cerro de Valdenoches, donde nos hicimos una fotito de grupo.
Descendimos a continuación por un empinado sendero siguiendo los postes de la luz hasta enlazar con un camino que transcurre por la cara norte del Alto de la Mira y por el que llegamos junto a una fuente en la que hicimos la “parada barrita” de la jornada antes de continuar hacia la carretera M-541, por la que descendimos unos metros hasta desviarnos a la izquierda y tomar un camino por el que continuamos descendiendo casi hasta la carretera M-501.
Rodamos en paralelo a la carretera M-501 para después atravesar el pueblo de Pelayos y dirigirnos hacia la zona del muro de contención del embalse de San Juan, donde aunque el calor no era “sofocante” decidimos todos darnos un bañito para realizar frescos el resto de kilómetros hasta el pueblo.
Y tras un bañito en el que el agua estaba fantástica, retomamos la marcha para dirigirnos hacia la gasolinera de Pelayos y bordear a continuación la nueva estación de tratamiento de aguas de Pelayos para dirigirnos hacia el cerro del Cubo para enlazar con la vía verde de Picadas, que recorrimos entera hasta el muro realizando después el ascenso por la carretera para para continuar por el camino que transcurre por detrás del Safari Park y posteriormente por el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox para regresar al pueblo tras haber realizado una ruta de unos 43 kilómetros.
Pese a que la previsión meteorológica “daba miedo”, hemos tenido una mañana de calorcillo para nada exagerado, acompañados por una brisilla muy agradable y habiendo probado por primera vez este año las aguas del embalse de San Juan, empezando el verdadero calor cuando llegábamos al pueblo pasadas las doce y media de la mañana.
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