sábado, 11 de julio de 2020

Domingo 5 de julio (De ruta por Cebreros y Hoyo de Pinares)


Y por fin después de muchos meses llegó la ocasión de realizar otra de nuestras rutas “lejos de nuestras fronteras”, siendo el lugar elegido para la ocasión la localidad abulense de Cebreros, para lo que habíamos quedado a las 7,45 en la estación de autobuses un grupito compuesto por Eltiolavara, Noesperioanadie, Horacio, Alberto y Rafa.
Tras apañar las bicis en la fregoneta de Eltiolavara y con un poco de retraso sobre la hora prevista, pusimos rumbo hacia Cebreros, donde nos esperaba Nacho para completar el “sexteto” de integrantes de la ruta.
Una vez montadas las bicis y tras los preparativos oportunos, comenzamos la ruta desde el polideportivo del pueblo rodando algo menos de un kilómetro por la carretera AV-504 para después desviarnos a la izquierda y comenzar a ascender pasando junto a la base de helicópteros y un depósito del agua.
Con paso lento pero seguro fuimos ganando metros de altitud, hasta realizar una subida de unos cuatro kilómetros que con alguna buena rampita nos llevó hasta el puerto de Arrebatacapas, donde tras hacernos una fotito cruzamos la carretera AV-503 para continuar ascendiendo durante aproximadamente otros cuatro kilómetros, por una pista con tramos intermitentes de hormigón y mientras disfrutábamos de unas vistas impresionantes antes de hacer frente al rampón final de hormigón que llegando al 23% de inclinación nos llevó a coronar en el vértice geodésico de "La Merina", donde disfrutamos de unos buenos minutos de relax contemplando desde allí toda la zona del Valle de Iruelas y el embalse de El Burguillo.
Después de unas fotitos mientras nos alegrábamos la vista comprobando como había merecido la pena la subida, tocaba una pequeña bajada por un sendero, para después recorrer una zona algo rompepiernas todo por senderos que nos llevó a una zona con una buena cantidad de vacas pastando tranquilamente mientras pasábamos a su lado.
Tras una zona de llaneo, llegamos a la carretera AV-503, que cruzamos para continuar por un camino por el que pusimos rumbo hacia Hoyo de Pinares, haciendo una paradita a la sombra de unos pinos para “reponer fuerzas” y continuando después con un descenso que nos condujo hasta el arroyo de la Mujer.
Cruzamos el arroyo (medio seco) y realizamos una zona de ascenso entre los pinos para a continuación realizar un divertido descenso por un sendero por el que llegamos hasta el muro del embalse de Hoyo de Becedas I, desde donde continuamos descendiendo hasta llegar al pueblo de Hoyo de Pinares.
Tras unos pocos metros por la carretera, nos desviamos a la izquierda para de nuevo tomar otros divertidos senderos que ascendían por la ladera del cerro de Las Mesas para a continuación descender hacia el camino de Rasueros, donde nos hicimos otra fotito junto a un bonito puente románico sobre el río Becedas.
Ya “cayendo” una buena “torraera”, llegamos por el camino hasta el cementerio de Hoyo de Cebreros, desde donde nos incorporamos a un carril bici que transcurre pegado a la carretera AV-562 y que nos llevó justo hasta donde teníamos los vehículos y donde nos esperaba nuestro habitual avituallamiento líquido y sólido que nos supo a gloria (sobre todo el líquido, cayendo las primeras latas casi de un trago).
Y así pasamos una estupenda jornada realizando una rutilla de unos 34 kilómetros en la que hemos disfrutado de mucho sendero y sin mucha “dificultad” a excepción de los ocho kilómetros iniciales de subida.
Tras reponer fuerzas tirados en el césped a la sombrita de un árbol, “recogimos el chiringuito” y emprendimos el camino de regreso al pueblo (Nacho hacia Madrid), donde estábamos de vuelta a las dos y algo, a punto para comer (si es que alguno tenía hambre)…
Y viendo como se están poniendo las cosas……..esperemos tener ocasión de realizar más rutas “fuera del pueblo” antes de vernos de nuevo confinados “en breve”.

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