Y por fin después de muchos meses llegó la ocasión de
realizar otra de nuestras rutas “lejos de nuestras fronteras”, siendo el lugar
elegido para la ocasión la localidad abulense de Cebreros, para lo que habíamos
quedado a las 7,45 en la estación de autobuses un grupito compuesto por Eltiolavara,
Noesperioanadie, Horacio, Alberto y Rafa.
Tras apañar las bicis en la fregoneta de Eltiolavara y
con un poco de retraso sobre la hora prevista, pusimos rumbo hacia Cebreros,
donde nos esperaba Nacho para completar el “sexteto” de integrantes de la ruta.
Una vez montadas las bicis y tras los preparativos
oportunos, comenzamos la ruta desde el polideportivo del pueblo rodando algo
menos de un kilómetro por la carretera AV-504 para después desviarnos a la
izquierda y comenzar a ascender pasando junto a la base de helicópteros y un
depósito del agua.
Con paso lento pero seguro fuimos ganando metros de
altitud, hasta realizar una subida de unos cuatro kilómetros que con alguna
buena rampita nos llevó hasta el puerto de Arrebatacapas, donde tras hacernos
una fotito cruzamos la carretera AV-503 para continuar ascendiendo durante
aproximadamente otros cuatro kilómetros, por una pista con tramos intermitentes
de hormigón y mientras disfrutábamos de unas vistas impresionantes antes de
hacer frente al rampón final de hormigón que llegando al 23% de inclinación nos
llevó a coronar en el vértice geodésico de "La Merina", donde
disfrutamos de unos buenos minutos de relax contemplando desde allí toda la
zona del Valle de Iruelas y el embalse de El Burguillo.
Después de unas fotitos mientras nos alegrábamos la
vista comprobando como había merecido la pena la subida, tocaba una pequeña
bajada por un sendero, para después recorrer una zona algo rompepiernas todo
por senderos que nos llevó a una zona con una buena cantidad de vacas pastando
tranquilamente mientras pasábamos a su lado.
Tras una zona de llaneo, llegamos a la carretera
AV-503, que cruzamos para continuar por un camino por el que pusimos rumbo
hacia Hoyo de Pinares, haciendo una paradita a la sombra de unos pinos para
“reponer fuerzas” y continuando después con un descenso que nos condujo hasta
el arroyo de la Mujer.
Cruzamos el arroyo (medio seco) y realizamos una zona
de ascenso entre los pinos para a continuación realizar un divertido descenso
por un sendero por el que llegamos hasta el muro del embalse de Hoyo de Becedas
I, desde donde continuamos descendiendo hasta llegar al pueblo de Hoyo de
Pinares.
Tras unos pocos metros por la carretera, nos desviamos
a la izquierda para de nuevo tomar otros divertidos senderos que ascendían por
la ladera del cerro de Las Mesas para a continuación descender hacia el camino
de Rasueros, donde nos hicimos otra fotito junto a un bonito puente románico
sobre el río Becedas.
Ya “cayendo” una buena “torraera”, llegamos por el
camino hasta el cementerio de Hoyo de Cebreros, desde donde nos incorporamos a
un carril bici que transcurre pegado a la carretera AV-562 y que nos llevó
justo hasta donde teníamos los vehículos y donde nos esperaba nuestro habitual
avituallamiento líquido y sólido que nos supo a gloria (sobre todo el líquido,
cayendo las primeras latas casi de un trago).
Y así pasamos una estupenda jornada realizando una
rutilla de unos 34 kilómetros en la que hemos disfrutado de mucho sendero y sin
mucha “dificultad” a excepción de los ocho kilómetros iniciales de subida.
Tras reponer fuerzas tirados en el césped a la
sombrita de un árbol, “recogimos el chiringuito” y emprendimos el camino de
regreso al pueblo (Nacho hacia Madrid), donde estábamos de vuelta a las dos y
algo, a punto para comer (si es que alguno tenía hambre)…
Y viendo como se están poniendo las cosas……..esperemos
tener ocasión de realizar más rutas “fuera del pueblo” antes de vernos de nuevo
confinados “en breve”.
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