jueves, 14 de noviembre de 2019

Domingo 10 de noviembre de 2019 (Empieza ya el otoño verdadero)


Esta jornada de domingo ha amanecido bastante “fresquita”, despertándonos con un viento del norte bastante considerable hacía la temperatura más baja aún, aunque ello no ha sido impedimento para que en la Plaza Mayor a la hora habitual nos juntáramos un grupito de valientes compuesto por Eltiolavara, Horacio, Senderitos, Alberto, Transcastro y Rafa.
Ante el “frescor” del ambiente, nada mejor que entrar pronto en calor, para lo que como es habitual, nos dirigimos hacia el norte para abandonar el pueblo por el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado, por el que poco a poco fuimos entrando en calor.
Realizamos los cinco kilómetros de la subida hasta “coronar” en la ladera del cerro de Santa Lucía, desde donde continuamos con dirección hacia la Cañada de Talavera abandonando posteriormente el camino para tomar un caminito por el que descendimos hasta los pies del cerro Otanejo, desde donde tomamos un senderito que transcurre junto al arroyo del Bodegón y que nos llevó hasta la Cañada de Talavera.
Atravesamos la Cañada de Talavera y tras detener unos segundos la marcha al cruzarse delante de nosotros un grupo de no menos de una docena de ciervos, continuamos la marcha con rumbo hacia San Martín de Valdeiglesias por el camino-cortafuegos, para algo más adelante abandonarlo para internarnos en la finca de la Granjilla por una parte donde la valla estaba rota y recorrer un bonito sendero entre los pinos y las jaras por el que ascendimos para luego descender hasta la carretera M-541.
Cruzamos la carretera y tomamos un camino de una viña por un claro donde las frías “rachas” de viento del norte nos daban de frente y hacían notar bastante el fresquito en la cara, haciendo entonces la “parada barrita” de la jornada al resguardo de unas piedras entre las cuales había un gran eucalipto y aprovechando además para hacernos la fotito de grupo.
Por fin conseguimos librarnos del viento internándonos al abrigo de los pinos, continuando después por un sendero hasta llegar al “alto de Castillejos”, donde Transcastro y Senderitos abandonaron en grupo para regresar al pueblo al tener sendos “compromisos”, quedando entonces un cuarteto compuesto por Eltiolavara, Alberto, Horacio y Rafa.
Continuamos la ruta realizando un divertido descenso por sendero hasta enlazar con el camino de la Fuenfría, por el que ascendimos unos metros hasta desviarnos a la izquierda y tomar un sendero para internarnos en la dehesa del Canto del Guarro para seguir disfrutando de los senderos además de hacer una parada junto a unas curiosas rocas apiladas.
Disfrutamos después de un divertido descenso por un sendero entre los pinos recorriendo la zona de “El Riscadero” hasta llegar a la explanada de “La Cancha”, desde donde tomamos el sendero por el que recorriendo la zona de “La Corcobada” llegamos hasta la carretera M-541.
Cruzamos la carretera y teníamos intención de dirigirnos hacia el cerro del Valdenoches, pero un cartel anunciando una montería nos hizo cambiar de idea, descendiendo entonces por la carretera M-541 durante un kilómetro hasta desviarnos a la izquierda para continuar descendiendo en paralelo a la misma hasta llegar a las cercanías de Pelayos de la Presa, donde tras pasar bajo la carretera M-501 a través de un tubo, bordeamos el pueblo de Pelayos hasta salir al GR-10, llamándonos la atención sobre la cantidad de todo tipo de basuras que hay por los alrededores del pueblo.
Con idea ya de ir poniendo rumbo de regreso al pueblo, recorrimos un par de kilómetros por el GR-10 para desviarnos a continuación y tomar diversos senderos entre los pinos para dirigirnos hacia la zona del muro del embalse de San Juan, pasando sobre el mismo y comprobando como el embalse está en un nivel bajísimo, encontrándose a menos del 20% de su capacidad.
Descendimos después hasta la gasolinera de Pelayos de la Presa para cruzar allí la travesía de la carretera M-501 y tomar a continuación un sendero que bordea la nueva estación de tratamiento de aguas y pasar bajo la carretera M-501, rodando en paralelo a la misma para bordear el cerro del Cubo e incorporarnos al trazado de la vía verde del embalse de Picadas.
Recorrimos la vía verde a buen ritmo y ascendimos después por la carretera para después descender hasta enlazar con el camino que transcurre por detrás del detrás del Safari Park hasta conectar con el camino del Molino de Rodeles que nos llevó junto a la carretera M-507 a la altura de El Rececho, donde atravesamos la carretera y enlazamos con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox para realizar los últimos kilómetros de la ruta.
En la que ha sido probablemente la jornada más fría de lo que va de otoño y acompañados por el viento nos hemos hecho una buena rutilla de unos 48 kilómetros muy divertida y con bastante senderito, y que nos puede servir para ir ya acostumbrándonos a la climatología que nos queda por delante.
A ver si se anima algún valiente más para próximos domingos………


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