Tal como “toca” en estas fechas, continuamos con “bastante fresquete” por
las mañanas, lo que hace que algunos prefieran quedarse en la cama calentitos,
mientras en la Plaza Mayor a la hora de siempre nos juntábamos un grupo
compuesto por Eltiolavara, Transcastro, Jose "el Mara", Horacio,
Alberto, Rafa y Mariano.
Como es habitual durante los fríos domingos de invierno, es importante “entrar
en calor” cuanto antes, así que tras los minutos habituales “de cortesía”
tiramos “pal monte” pasando junto a las instalaciones de la piscina municipal y
girando a la derecha para dirigirnos hacia el antiguo camino de Villa del Prado
a Pelayos de la Presa.
A buen ritmo para “coger calorías”, realizamos la subida cada uno “en la
medida de sus posibilidades” hasta llegar al alto en la ladera del Cerro Rojo, donde
según llegábamos parábamos para reagruparnos, extrañándonos mucho el tiempo que
Transcastro y Jose tardaban en llegar. Tras un buen rato intentando contactar
con ellos por teléfono (no había cobertura), por fin les vimos aparecer y nos
comentaron que Jose (quien sino!!!) había tenido un pinchazo. Tras la “guasa” con
hacer un “ranking de pinchazos del año” (últimamente Jose está en racha) retomamos
la marcha continuando con un rápido descenso que nos condujo hasta la Cañada de
Talavera junto a la laguna que forman el arroyo del Jaralón y el arroyo de Las
Labores.
Tras otra paradita para que Transcastro se pusiera los cubrebotas (se le
habían helado los pinreles), nos dirigimos hacia hacia la trialera que baja al
embalse de Picadas recorriendo la ladera del cerro del Pajar del Fraile y luego
del Cerro Pocito hasta llegar al comienzo de la trialera.
Realizamos el descenso cada uno a su ritmo, con Jose en cabeza “a lo loco”
y algunos poniendo pie a tierra en algún tramo hasta llegar junto al embalse de
Picadas, donde giramos a la derecha para rodar con dirección al muro de la
presa.
Llegamos entonces a la explanada donde comienza el camino de subida hacia
la urbanización “El Morro” por el que para “no quedarnos fríos” comenzamos el
ascenso con Horacio dejando al grupo impresionado de su ritmo.
Después de la subida, atravesamos la urbanización y continuamos por la
carretera hasta llegar a Navas del Rey, donde en nuestro “lugar habitual”,
hicimos la “parada barrita” de la jornada.
Tras reponer fuerzas, retomamos la marcha pedaleando contra un frío viento
del norte hasta tomar el camino que transcurre por el pinar del Cerro del
Monje, continuando después por una trialera que nos llevó hasta la carretera
M-501, que tuvimos que cruzar con muchas precauciones debido al tráfico.
Unos metros después de atravesar la carretera, nos desviamos a la derecha
para tomar un caminito “de nueva investigación”, por el que sorteando piedras
ascendimos en paralelo a la carretera hasta incorporarnos al Camino del Tejar
con dirección a Colmenar de Arroyo, por el que rodamos recorriendo el bonito
entorno de la dehesa de Colmenar.
Tras recorrer la zona de “El Chaparral” llegamos hasta la carretera M-510,
cruzando la misma para dirigirnos hacia la urbanización de Valquigoso,
recorriendo sus calles sin asfaltar hasta enlazar con un camino que nos condujo
hasta la rotonda sobra la carretera M-501, por la que rodamos para internarnos
en el pueblo de Chapinería y atravesar el mismo hasta desviarnos a la izquierda
para tomar un bonito sendero que transcurriendo por el Prado de la Lancha nos
hizo disfrutar de una bonita bajada hasta enlazar con la Cañada Segoviana,
realizando a mitad de la bajada una paradita para la foto de grupo de la
jornada.
Por la Cañada Segoviana realizamos un rápido descenso que nos llevó hasta
las cercanías de Aldea del Fresno, bordeando a continuación el pueblo por el
camino que recorre la orilla del río Alberche hasta llegar al puente de La
Pedrera, donde nos incorporamos a la carretera M-507.
Recorrimos por la carretera los casi tres kilómetros necesarios para poder
enlazar con el camino de La Poveda, al que nos incorporamos para rodar con
dirección a la ermita, aunque posteriormente y tras “sortear” una valla nos
incorporamos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox por el que realizamos
los kilómetros finales de la ruta hasta regresar al pueblo.
Y así nos hemos marcado una bonita ruta de unos 55 kilómetros por la zona
de Navas del Rey, Colmenar de Arroyo y Chapinería en la que hemos conocido
nuevos caminos, disfrutando como siempre de una buena jornada de pedaleo y buen
rollo.
En espera de que llegue el buen tiempo, por suerte lo “único malo” de estos
meses invernales es el fresquito de “primera hora”, ya que después el solecito
acompaña y la temperatura resulta llevadera (eso si, con la indumentaria
adecuada).
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