Y después de
tres domingos pedaleando bajo la lluvia…….¡¡Por fin un domingo con sol!!. En
una mañana algo fresquita, natural para las alturas de año que estamos, por fin
hemos podido dejar el chubasquero en casa, y dispuestos a dar pedales nos hemos
reunido en la Plaza Mayor un buen grupito compuesto por Eltiolavara,
Transcastro, Alberto, Horacio, Jorge, Jose "el Mara" y Rafa.
Tras
disfrutar la semana pasada de cómo bajaba de agua el arroyo de Labros, pensamos
que sería una buena ocasión de visitar el paso bajo las piedras del arroyo
Cantarranas, entre Paredes y Almorox, y para dirigirnos hacia allí comenzamos a
rodar minutos después de las nueve saliendo desde la Plaza Mayor con rumbo
suroeste para abandonar el pueblo por el camino del Valle, cruzando el arroyo
Arrelobos y haciendo frente a continuación a un buen cuestón para posteriormente
descender hasta el arroyo Arrofresnos, que pasamos por un puente de madera para
acto seguido hacer frente a un buen rampón entre las encinas que nos hizo “calentar”
del todo hasta llegar al camino del Majanal, por el que continuamos ascendiendo
hasta llegar a las cercanías de El Encinar del Alberche.
Con
intención de bordear la urbanización bajamos con dirección al arroyo del Charco
de Cahorzo, encontrándonos al final con la “sorpresa” de una cadena atravesada en
el camino que los primeros integrantes del grupo (Rafa y Eltiolavara) no “se
comieron” de milagro porque estaba casi tocando el suelo y afortunadamente pudieron
pasar por encima.
Tras cruzar
el arroyo, bordeamos la urbanización por el cortafuegos y atravesamos una parte
de la misma para salir a la pista que comunica El Encinar con la urbanización
de Pinar de Almorox, la cual tomamos durante alrededor de un kilómetro para
desviarnos a la derecha y hacer frente a una subida entre los pinos con un “buen
porcentaje de inclinación” en la que hubo que darlo todo, reagrupándonos en el
alto para tomarnos unos minutos “de respiro” y bajar pulsaciones.
Después de
unos minutillos, retomamos la marcha para incorporarnos al camino que sube
hacia el cerro de Pino Romero (donde la torre de vigilancia), parando en la
pista hormigonada para hacernos la fotito de grupo de la jornada antes de por
la mencionada pista bajar hasta la carretera N-403.
Atravesamos
la carretera y enlazamos con la Cañada de Talavera, por la que rodábamos a buen
ritmo cuando Jorge sufrió un reventón que obligó durante unos minutos a parar
para solventar el imprevisto.
Tras
arreglar la rueda, retomamos la marcha por la Cañada hasta llegar a la
carretera M-544, atravesando la misma para a continuación tomar la “Senda de
Cerro Altillo”, un divertido camino-sendero por el que descendimos hasta la
cantera del Diente de la Vieja, continuando desde allí hasta llegar a nuestro
objetivo de la jornada, el paso bajo las piedras del Arroyo Cantarranas, donde
es un placer escuchar el ruido del agua pasando bajo nuestros pies.
Después de
una breve paradita, continuamos con nuestro pedalear para dirigirnos hacia
Almorox, por un camino con unos buenos charcos donde pudimos echarnos unas
buenas risas “a costa” de Jose y Horacio (que se metieron “de patas” en uno) y
sobre todo de Jorge, que a punto estuvo de caerse de lleno en uno de los
charcos.
Tras
recorrer el camino de los charcos, llegamos a enlazar con el camino de Los
Enebrales, pasando sobre un puente el arroyo Tordillos para a continuación hacer
frente a una buena subida que conduce hasta el cementerio de Almorox y que en
honor de nuestro compañero Javichy hemos apodado “La cuesta del Tío Calambres”,
ya que sus pasos por allí últimamente “se cuentan” por (como su propio nombre
indica) calambres en las piernas.
Atravesamos
a continuación el pueblo de Almorox para incorporarnos al antiguo trazado del
ferrocarril Madrid-Almorox, desviándonos después por el camino de Valdeolivas,
donde nos encontramos con un chaval del Club MTB San Martín de Valdeiglesias
que andaba “un poco perdido” y que se unió al grupo.
Llegamos
entonces hasta la parte de arriba de la urbanización de Las Hoyas, la cual
bordeamos por un sendero entre las encinas hasta llegar a la M-540 (carretera
del Alamín), tomando el kilómetro obligatorio de la misma para poder enlazar de
nuevo con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox junto a la finca
"La Blanca" y regresar por él a Villa del Prado, con un “susto” en el
trayecto por una caída de Horacio, al que se le fue la rueda delantera por una
pequeña piedra lo que le ocasionó un buen vuelo, aunque por suerte sin
consecuencias.
Hemos
disfrutado de una mañana de “auténtico lujazo” después de las últimas “pasadas
por agua” que habíamos tenido, en la que nos ha salido una bonita ruta de unos
40 kilómetros y en la que hemos llegando al pueblo sobre las 12,45, la mejor
hora para una birrita al solecito en la plaza del pueblo “a la salud de Jorge”
en el día de su cumpleaños.
¡¡Muchas
felicidades, Jorge!!!
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