lunes, 23 de mayo de 2016

Domingo 22 de mayo de 2016 (Reabriendo caminos y senderos)



Con la previsión de una buena jornada de bici nos hemos juntado en la Plaza Mayor a la hora de siempre un buen grupito compuesto por Eltiolavara, Horacio, Perejil, Alberto, Transcastro, Javichy, Jose, Senderitos y Rafa. Además se unió a nosotros Paco “el Máquina”, al que llevábamos sin “ver el pelo” desde antes del invierno.
Como Perejil “se puso pesao” con que rodáramos un poco, después de bastante tiempo comenzamos una ruta rodando con rumbo sur, tomando la carretera M-540 para a continuación desviarnos a la derecha para incorporarnos al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox y rodando a buen ritmo llegar hasta la finca "La Blanca", donde giramos a la derecha para tomar un camino entre las encinas rumbo norte por el que llegamos hasta un par de lagunas, teniendo que parar durante unos minutos junto a una de ellas por una avería de Transcastro con el cambio.
Al retomar la marcha comenzamos con el primer ascenso “algo serio” de la jornada, que transcurriendo por un bonito sendero por la ladera del cerro de Los Valles nos llevó hasta las cercanías de El Encinar del Alberche, donde comenzamos a bordear la urbanización por el cortafuegos que transcurre por su parte sur, tomando después una calle de la urbanización para poder enlazar con el comienzo de la pista forestal que enlaza las urbanizaciones de El Encinar de Alberche y Pinar de Almorox, a la que nos incorporamos con dirección a esta última.
Rodando por la pista y tras "acortar" por un sendero, llegamos hasta Pinar de Almorox, que atravesamos para llegar hasta la carretera N-403, donde cruzamos para rodar en paralelo a la misma durante unos metros hasta desviarnos a la izquierda por un camino y a continuación un sendero que nos llevó hasta la parte de atrás de la urbanización de El Romillo.
Desde allí nos dirigimos hacia el pantanillo que hay detrás de la urbanización, donde tras mojarnos un poco los pies al pasar por el rebosadero del muro de la presa, continuamos por un sendero que nos llevó hasta la Cañada de Talavera.
Rodamos por la Cañada algo más de dos kilómetros, para desviarnos a la izquierda tomando un camino que algo más adelante había sido “tomado por el pasto” lo que ocasionó que Perejil que iba “abriendo grupo” se fuera al suelo por meter la rueda delantera en una grieta escondida del terreno.
Continuamos “rehaciendo el camino” hasta enlazar con el antiguo camino de Cenicientos a Almorox, tomando después un tramo de senderos también casi perdido hasta salir a la carretera M-544, que va de Almorox a Cenicientos, y donde a pocos metros llegamos hasta la puerta de entrada de la finca donde está el puente.
Junto al puente de las Barguillas, de construcción romana y situado sobre el cauce del arroyo Tabalón, hicimos la "parada barrita" de la jornada, estando precioso el lugar por la cantidad de agua que llevaba el arroyo.
Después de la “visita arqueológica” y reponer fuerzas, volvimos de nuevo a la carretera para rodar durante un par de kilómetros por la misma hasta desviarnos a la derecha para bajar por un senderito también invadido por el pasto hasta el arroyo Tordillos, haciendo a continuación una buena subida hasta Almorox y dirigiéndonos hacia la Ermita de Nuestra Señora Virgen de la Piedad para reponer agua antes de continuar nuestro camino de regreso hacia Villa del Prado.
Tras reponer agua en la fuente de la ermita, continuamos la ruta atravesando Almorox para enlazar con otro tramo del ferrocarril Madrid-Almorox, y rodar por él durante un tiempo hasta desviarnos a la izquierda para tomar el camino de Valdeolivas y llegar hasta la parte de arriba de la urbanización de Las Hoyas.
A continuación fuimos bordeando la urbanización por un sendero hasta llegar a la M-540 (carretera del Alamín), rodando a continuación durante un kilómetro por la misma hasta desviarnos a la izquierda y tomar un camino donde hicimos una breve paradita para observar durante unos segundos a una culebra de cerca de un metro que “plácidamente” tomaba el sol en medio del camino hasta que “unos capullos de naranja” la fastidiaron el plan.
Tras esconderse la culebra entre el pasto, reanudamos la marcha hasta enlazar con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox donde en la última parte hubo un espectacular y divertido pique en el que pusimos un ritmo infernal hasta llegar a la entrada del pueblo.
Aunque la mañana empezó algo fresquita, al final se quedó una buena temperatura para acompañarnos durante los 40 kilómetros de esta bonita ruta en la que hemos tenido que ir “reabriendo” senderos y caminos que con esta primavera lluviosa han sido invadidos por el pasto.
Tal como era el plan, hemos llegado al pueblo prontito (poco más de las 12,30) aunque en esta ocasión no ha habido “cervecita reponedora” porque buena parte del grupo no podía, así que en la próxima ocasión será.

No hay comentarios:

Publicar un comentario