Tras una noche pasada por agua, ha amanecido un
domingo bastante fresquito aunque sin riesgo de lluvia, juntándonos a la hora
de siempre en la Plaza Mayor un grupito compuesto por Eltiolavara, Transcastro,
Jose, Horacio, Perejil, Rafa y Edu, que se unió al grupo cuando habíamos
iniciado la marcha. También se unieron al grupo los "Caracoles" Jorge
y Mariano.
Como se había anunciado en Facebook que había quedado
abierto al paso el "camino vecinal de la Viña de Pesceto", decidimos
ir a recorrerlo por primera vez, saliendo del pueblo por el camino de Picañejo,
desviándonos a la derecha tras bajar la cuesta para tomar el mencionado camino.
Cruzamos el arroyo y nos encontramos con los primeros
barros de la ruta, lo que hacía prever que la jornada iba a ser
"durilla". Pasamos la puerta abierta recientemente y ascendimos por
la ladera del cerro del Cuquillar, encontrándonos al poco con una nueva puerta cerrada
con una cadena y candado "relucientes e impolutos", quedando claro
que "el interesado" no había perdido el tiempo en pasarse por la
ferretería.
Tras valorar diversas opciones, decidimos que mejor no
meternos en líos y retrocedimos sobre nuestras rodadas para tomar otro camino
por el que llegamos hasta la carretera M-507, donde nos encontramos con otra
puerta que no quedó mas remedio que "sortear".
Atravesamos la carretera y rodamos en paralelo a la
misma hasta llegar a la altura de El Rececho, donde de nuevo cruzamos la
carretera para incorporarnos al camino del Molino de Rodeles, por el que
rodando por el barro pasamos por la parte de atrás del Safari Park hasta
enlazar con la carretera de Picadas, que tomamos con dirección a la presa.
Cruzamos sobre el muro para a continuación rodar junto
al embalse a ritmo alto hasta llegar a la explanada donde a la derecha comienza
la pista que sube hasta la urbanización "El Morro", por donde
comenzamos a ascender durante unos metros hasta desviarnos a la izquierda para
tomar un sendero bastante técnico y "con peligros" que transcurre por
la ladera del cerro del Morro, donde Jorge a punto estuvo de "bajar
rodando" hasta el pantano.
El sendero nos condujo a una recula del embalse donde
comenzaba "el plato fuerte" de la jornada, con un ramón de hormigón
de unos 500 metros que sube hasta la urbanización "El Morro" con
porcentajes que llegaban hasta el 29%, donde sólo Eltiolavara, Mariano,
Transcastro y Rafa subieron sin echar pie a tierra.
Nos reagrupamos en el alto ya en la urbanización para
tomarnos unos minutos en los que "bajar pulsaciones", reanudando
posteriormente la marcha por la carretera hasta desviarnos a la derecha para
tomar un camino y a continuación unos senderos donde al solecito y
protegiéndonos del viento hicimos la "parada barrita" de la jornada,
para después continuar hasta enlazar con la carretera que comunica la
urbanización "El Morro" con Navas del Rey.
A la entrada del pueblo una parte del grupo se fue a
reponer agua mientras el resto esperamos a su regreso para todos juntos retomar
la marcha rodando por la carretera M-855 durante aproximadamente un kilómetro y
medio luchando contra el aire de cara, que soplaba con bastante fuerza.
Nos desviamos a la izquierda para tomar el camino de
San Martín, por el que llegamos hasta la torre de hormigón que hay sobre el
cerro de San Juan, desde donde a continuación realizamos un vertiginoso
descenso por un cortafuegos que nos llevó hasta la orilla del embalse de
Picadas.
Desde allí nos dirigimos hasta la carretera M-501, que
cruzamos para pasar por debajo del puente sobre el embalse y tomar un senderito
junto al agua evitando así el peligroso desvío desde la carretera.
Tras una nueva fotito junto al agua del embalse,
continuamos pedaleando por un senderito entre zarzas hasta salir al inicio de
la vía verde de Picadas, donde giramos a la derecha para encarar la subida por
la pista asfaltada de "la depuradora", para a continuación descender
hasta la laguna del arroyo de Las Labores y hacer frente al último ascenso de
la jornada por el antiguo camino de Villa del Prado a Pelayos de la Presa, que
por suerte nos encontramos en mejores condiciones de lo que esperábamos ya que
veníamos con las piernas "pegadillas".
Tras reagruparnos en el alto, emprendimos el descenso
final hacia el pueblo, donde llegamos todos con las reservas al límite.
Nos ha salido una buena rutilla de casi 40 kilómetros
en la que hemos tenido que "luchar contra los elementos" en forma de
barro y viento, lo que ha hecho que termináramos la ruta con las piernas
"bien calentitas", aunque habiendo disfrutado de otra estupenda
jornada de mountain bike.
No hay comentarios:
Publicar un comentario