Después de la última noche de las
fiestas del pueblo, en una jornada que ha amanecido algo fresquita nos hemos
dado cita en la Plaza Mayor a la hora de siempre Horacio, Transcastro (algo convaleciente
después de acostarse a las tantas y con diez cubatas en el cuerpo) y Rafa por
el Club, uniéndose a nosotros Paquito “el máquina” y su hijo Abraham.
Como venía algo de aire fresquito, con
la idea de entrar en calor pronto, decidimos tirar “pal monte”, y así pues
comenzamos la ruta saliendo del pueblo por el antiguo camino de San Martín de
Valdeiglesias.
Subiendo a buen ritmo con Transcastro
cerrando el grupo “sudando a gota gorda” los cubatas de la noche anterior
llegamos al alto, continuando después la marcha hasta llegar a la Cañada de
Talavera, donde giramos a nuestra izquierda para hacer frente a la cuesta
asfaltada y rodar durante unos metros por la pista hasta desviarnos a la
izquierda en una puerta y continuar descendiendo unos metros por la Cañada de
Talavera.
Tras rodar unos metros por la Cañada,
nos desviamos a la derecha para bajar por un camino entre los pinos hasta la
carretera N-403 junto a la laguna del Pozo Alcornocoso, donde cruzamos la carretera.
Tomamos a continuación un camino entre
los pinos por el cerro Alcornocoso, para después bajar por un cortafuegos hasta
el arroyo del Linar, que al encontrarse seco cruzamos sin problemas para
después comenzar a ascender por la ladera del cerro de la Cuba por un
camino-sendero por el que entre pinos llegamos hasta los pies de la Peña
Muniana, donde nos reagrupamos.
Tras unos minutillos de relax,
continuamos la marcha atravesando la enorme cantera que se encuentra a los pies
de la Peña Muniana y comentando lo impresionante de la forma de extraer esos
grandes bloques de granito que nos flanqueaban a ambos lados del camino,
parando además para hacernos la fotito de la jornada.
Proseguimos nuestro camino bajando por
un camino entre los pinos hasta enlazar con el camino del Canto del Agua, que
tomamos con dirección a Cadalso de los Vidrios, aunque posteriormente nos
desviamos a la izquierda para cruzar la carretera M-507 y tomar el camino de
Cadalso de los Vidrios a Almorox.
Por realizar un poco de investigación,
tomamos un camino que nos llevó a un punto sin salida en medio de las jaras,
por lo que tuvimos que rehacer nuestros pasos para probar suerte en otro desvío
que esta vez nos llevó con éxito hasta salir al camino que discurre en paralelo
al arroyo del Pajar del Mudo, por el que llegamos hasta la Cañada de Talavera.
Parecía que Transcastro ya iba “mas
entonado”, así que tras unos metros por la cañada nos desviamos a la izquierda
para tomar el bonito sendero que va hasta el pequeño embalse del Romillo, que
bordeamos y pasamos sobre el muro para
después ascender hacia la parte de atrás de la urbanización de El Romillo.
De nuevo nos desviamos a la derecha para
bajar por un senderito entre las jaras y ascender posteriormente para
dirigirnos hacia la urbanización de Pinar de Almorox, la cual atravesamos para
tomar la pista que va hacia la urbanización del Encinar del Alberche.
Tomamos un par de calles de El Encinar
para después salir al cortafuegos que bordea la urbanización, por el que
enlazamos con el camino del Majanal, para emprender la última parte de la ruta
y regresar al pueblo.
Comenzamos a descender por el camino del
Majanal, aunque nos desviamos a la izquierda para tomar una trialera por la que
bajamos hasta el arroyo Arrofresno, cruzando su cauce seco para continuar
ascendiendo por una ladera hasta enlazar con el camino del Valle, por el que
regresamos al pueblo.
En una jornada en la que nos ha acompañado
un airecito bastante fresco que al salir de manga corta hacía en muchos
momentos que tuviéramos sensación de frío, hemos hecho una rutilla muy chula de
unos 37 kilómetros, que nos ha servido para retomar de nuevo las buenas
costumbres después de las fiestas y a alguno de buena “desintoxicación” de
alcohol.
El domingo que viene vamos a “La
Crujebielas”!!
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