Después de los días de lluvias
intermitentes que llevábamos, ha amanecido una jornada dominical de mucha nube
en el cielo y en la que "con el chubasquero en el bolsillo" (por si
las moscas), nos hemos reunido en la Plaza Mayor a la hora de siempre un buen
grupito compuesto por Eltiolavara, Horacio, Perejil, Transcastro,
Noesperoanadie, Manolo Beades y Rafa, uniéndose también Paquito "el Máquina".
Como lo mejor que hay cuando el terreno
está "en su punto" es disfrutar de los senderos, decidimos poner
rumbo hacia la zona de Pelayos de la Presa, y para ello comenzamos la ruta
saliendo desde Villa del Prado por el antiguo camino de San Martín de
Valdeiglesias.
Como Paquito estaba fuerte tiraba del
grupo a buen ritmo con Perejil intentando seguirle mientras los demás subíamos con
"el regulador" puesto.
Con un terreno algo blando aunque en su
justa medida, realizamos todo el ascenso reagrupándonos en el alto, continuando
posteriormente hasta llegar a la Cañada de Talavera, la cual cruzamos para
seguir con dirección hacia San Martín de Valdeiglesias.
En nuestra marcha hacia San Martín transitamos
por el cortafuegos-camino, mientras indignados comentábamos el
"estropicio" de pinos que han hecho con la excusa de limpiar el
cortafuegos y esperando que los responsables paguen por ello.
Después de recorrer el tramo de
cortafuegos, nos incorporamos al camino de la Fuenfría, por el que rodamos
durante unos metros hasta desviarnos a la derecha con dirección
hacia el alto de la Mira, aunque después volvimos a girar a la izquierda para tomar
otro cortafuegos y bajar hasta el nacimiento del arroyo de Valdenoches, que
coincide con el inicio de un bonito sendero entre las jaras y los pinos por el
que descendimos hasta un camino y desde allí hasta la carretera M-541.
Cruzamos la carretera y continuamos
bajando y subiendo por senderos hasta llegar a una explanada donde hay una
explotación ganadera de cabras, junto a la cual pasamos dejándola a nuestra
derecha para comenzar a bajar por un camino que nos llevó tras pasar junto a
una cantera hasta las cercanías de la carretera M-501, donde giramos a la
derecha para rodar en paralelo a la misma hasta llegar cerca de la rotonda
entre la M-501 y la M-541, donde por un tubo pasamos por debajo de la carretera
M-501 siguiendo después por unos senderos bordeando el
pueblo hasta salir al GR-10 (el trazado del ferrocarril del Tiétar), que atravesamos
para continuar en leve ascenso aunque continuo hasta salir al camino de Los
Molinos, donde hicimos una paradita de reagrupamiento y relax después de la
subida.
Minutos después reanudamos la marcha por el camino de
Los Molinos hasta salir a la carretera que va a la urbanización San Ramón, que
atravesamos para realizar un recorrido por senderos y más senderos por los que rodando
también sobre lanchas de piedra (en una de ellas Noesperoanadie hizo "la
cucaracha") fuimos ascendiendo por las faldas del cerro San Esteban.
Tras el ascenso algo técnico, llegó el momento de la
bajada, y para ello nos desviamos a la derecha por un sendero estrechito y poco
transitado por el que descendimos hasta enlazar con otro sendero que baja
paralelo a la carretera de San Esteban y por el que continuamos bajando hasta
el GR-10 (ferrocarril del Tiétar).
Nos incorporamos al GR-10, y pasando junto al
Monasterio de Santa María la Real rodamos por el mismo durante un par de
kilómetros hasta tomar un sendero que nos llevó hasta la gasolinera de Pelayos
de la Presa, donde nos incorporamos durante unos metros a la carretera M-501
para poder enlazar con el inicio de la vía verde de Picadas.
Continuamos la marcha por la vía verde
de Picadas, que recorrimos a buen ritmo con Eltiolavara escapado en cabeza
pasando sobre el muro de la presa y continuando después con la subida por la
carretera hasta parar en el alto, donde una vez reagrupados reanudamos la
marcha bajando por la carretera hasta desviarnos a la derecha para tomar el
camino que va por detrás del Safari-Park y que nos llevó a salir a la carretera
M-507 a la altura de El Rececho, donde cruzamos la misma para incorporarnos
después al antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, y regresar al
pueblo.
Al final, aunque de vez en cuando caía alguna gotilla
que otra, no hemos tenido que sacar el chubasquero del bolsillo en esta bonita
ruta de unos 43 kilómetros y mucho senderito en la que en una jornada fresquita
hemos disfrutado con el terreno ideal para las bajadas pasándolo, como siempre,
de p. m..
El próximo domingo.....de ruta a Navaluenga!!!!.
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