Hoy tocaba el primer
desplazamiento del año dedicado a nuestras rutillas mensuales en una mañana que
ha amanecido con alguna nube y bastante fresquito, ocasionado por un aire frío
procedente del norte que hace varios días que nos acompaña.
En esta ocasión, el plan era
hacer un recorrido partiendo desde San Martín de Valdeiglesias hacia el embalse
de San Juan para recorrer gran parte de los senderos que hay por aquella
preciosa zona, y con ese objetivo habíamos quedado a las 8,45 en la estación de
autobuses un buen grupete compuesto por Eltiolavara, Javichy, Noesperoanadie,
Perejil, Granaíno, Horacio, Miguel, David y Rafa.
Tras cargar las bicis en las
fregonetas y con unos minutillos de retraso, partimos hacia San Martín de
Valdeiglesias llegando minutos después de las nueve y aparcando los vehículos
junto al castillo de la Coracera. Tras los preparativos habituales, comenzamos
a rodar pasando junto al polideportivo y abandonando el pueblo por el camino
del Molino Quemado, para un poco más adelante incorporarnos al camino de los
Barzales.
Continuamos por un sendero que
nos llevó hasta el camino de Navaoncil, por el que transitamos unos metros
hasta desviarnos para tomar un senderito entre las jaras bordeando el cerro de
la Guache para después continuar por un sendero para ascender al alto de
Trasierra (882 m), donde hicimos "un poco de escalada" para subir hasta
el vértice geodésico y disfrutar de las vistas de la zona.
Tocaba a continuación el descenso
por sendero-trialera hasta salir de nuevo al camino de Navaoncil, y fue durante
ese descenso donde a David se le partió la tija del sillín pegándose un buen
golpe con la barra de la bici en "semejantes partes" que le hizo
estar durante unos minutos para pocas alegrías, aunque afortunadamente la cosa
no tuvo más consecuencias.
Tras reponerse David, continuamos
el descenso y nos reagrupamos en el camino de Navaoncil, donde tras
"apañar" un cambio de tijas entre la bici de Perejil y la de David pudimos
continuar la ruta sin problemas.
Transitando por muchos senderitos
bajamos hasta el pantano de San Juan, donde a la orilla del agua y al solecito
hicimos la "parada barrita" de la jornada.
Tras reponer fuerzas y hacernos
unas cuantas fotitos, reanudamos la marcha por un bonito sendero que transcurre
entre los pinos junto a la orilla del embalse y por el que llegamos hasta la
desembocadura del arroyo Tórtolas.
Llegó entonces el turno de hacer
frente al "reto" de la jornada, con el ascenso del cuestón que sube
desde el arroyo Tórtolas hasta el campamento del mismo nombre, y donde
únicamente Eltiolavara, Granaíno y Miguel pudieron subirlo sin poner pie a
tierra.
Al comienzo del cuestón ya David
empezó a notar el largo tiempo de inactividad y comenzó a sufrir calambres y
tirones en las piernas, que se le reproducían cada vez que tocaba un tramo de
subida.
Tras agruparnos en el alto,
pasamos junto al campamento Tórtolas y bajamos de nuevo por otro sendero con
dirección al pantano, ascendiendo después por un sendero bordeando el cerro
Cabrillas por el que salimos a la pista que va hacia el campamento.
Como David iba bastante jodido,
decidimos acortar la ruta y poner rumbo de regreso hacia San Martín, para lo
que nos incorporamos al camino del Molino Quemado por el que habíamos iniciado
la ruta y que nos llevó hasta el punto de partida.
Nos ha salido una rutilla de unos
23 kilómetros, cortita en distancia pero con su grado de dificultad por lo
"rompepiernas" del terreno, en un entorno precioso de pinares donde
hemos disfrutado de mogollón de senderos.
La mañana ha estado fresquita,
sobre todo debido a que la mayor parte de la ruta ha transcurrido por la cara
norte de los cerros, y por tanto no hemos tenido mucha compañía del sol, lo que
unido al airecito procedente del norte hacía que la temperatura no fuera muy elevada.
Y para terminar la jornada, una
vez guardadas las bicis en "las fregonetas", nos esperaba el habitual
avituallamiento líquido y sólido mientras comentábamos los pormenores de la
rutilla.
El próximo domingo, más.
Idílica ruta para recordar
ResponderEliminarPara los que nos gustan los senderitos......¡¡Un lujazo!!
ResponderEliminartodabia me duran los felices sueños de los senderos uff
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