En una jornada en la que los
tejados amanecieron cubiertos de nieve, como no podía ser de otra manera
únicamente los "locos" de siempre podían darse cita en la Plaza
Mayor, reuniéndonos allí Eltiolavara, Perejil y Rafa.
Sin dar apenas tiempo de cortesía
porque teníamos claro que no iba a aparecer nadie más, cayendo algunos pequeños
copillos de nieve comenzamos nuestra ruta con el objetivo de subir al
"Alto de la Mira", punto más alto de la zona con sus 1.041 metros de
altitud y donde pensábamos que podría haber bastante nieve.
Salimos del pueblo por el antiguo
camino de San Martín de Valdeiglesias subiendo a ritmo tranquilo con el camino
libre de nieve a excepción de unas pequeñas zonas. Cuando llevábamos alrededor
de un kilómetro de subida, nos alcanzó Juanra Molina, que imaginándose que en
una jornada así iríamos "buscando lo peor", tomó también rumbo
"pal monte" siguiendo nuestras rodadas.
Con el trío convertido en
cuarteto, realizamos el ascenso con algunas breves paradas para hacernos alguna
foto y disfrutar del paisaje nevado, llegando hasta la Cañada de Talavera y
atravesándola para continuar la marcha por el cortafuegos camino de San Martín.
Antes de comenzar a descender,
nos desviamos a la derecha para hacer frente a las rampas del camino de subida
al alto de la Mira por su cara norte, que se hizo más duro de lo habitual por
la nieve y la piedra suelta, obligándonos a todos a poner "pie a
tierra" en algún momento de la subida.
Conforme subíamos la niebla se
iba cerrando más, llegando a la cima con una niebla muy densa que no dejaba ver
más de unos metros de distancia. Junto al vértice geodésico hicimos la
"parada barrita" de la jornada, más breve de lo habitual para no
quedarnos "pajaritos".
Una vez repuestas las fuerzas y
tras la fotito habitual, reanudamos la marcha bajando por el cortafuegos de la
cara sur, por el que llegamos hasta la Cañada de Talavera. Tomamos la cañada a
nuestra izquierda y continuamos bajando durante un kilómetro para a
continuación desviarnos a la derecha por un camino entre los pinos por el que
ascendimos hasta otro camino que tomamos a nuestra izquierda y que bordeando el
cerro Rojo nos llevó hasta el Camino de Pelayos a Villa del Prado.
Cuando ya los copos de nieve
empezaban a ser gotas de agua, comenzamos el descenso hacia Villa del Prado
disfrutando de un terreno en condiciones perfectas para la bajada, lo que nos
hizo bajar a gran velocidad.
Aunque Perejil no estaba mucho
por la labor, nos desviamos posteriormente a la derecha para tomar el senderito
que va hacia el depósito del agua, que dejamos a nuestra izquierda para
terminar sanos y salvos la rutilla mientras ya no quedaba nada de nieve en los
tejados del pueblo.
Aunque quizás hubiera entrado
mejor un caldito calentito, terminamos la ruta tomándonos una merecida cervecita
en el bar, mientras comentábamos las anécdotas de una divertida mañana de bici
en la que pudimos rodar por la nieve, sin el sufrimiento y las penurias que
tuvimos el año pasado en La Adrada donde cerquita estuvimos de la congelación.
Aunque parezca mentira, ha sido
una mañana en la que a pesar de estar nevando, ha hecho menos frío que otros
domingos anteriores en los que hemos salido con "una buena pelona",
ya que la nieve al no calar, ha hecho que tuviéramos las manos calentitas en
todo momento.
La ruta ha sido cortita,
únicamente de unos 22 kilómetros pero durilla por la subida al Alto de la Mira,
por lo demás, el cuarteto hemos quedado encantados con esta nueva experiencia
con la nieve en una mañana que hemos disfrutado un montón.
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