lunes, 24 de noviembre de 2014

Domingo 23 de noviembre de 2014 (No estamos locos, sabemos lo que queremos....)



Para hoy teníamos prevista nuestra "rutilla mensual", en esta ocasión por los alrededores de Navaluenga, y aunque la previsión meteorológica desde hacía días no auguraba buenas noticias para el domingo, decidimos esperar a ver como amanecía el día, cumpliéndose las previsiones y amaneciendo una jornada lluviosa y desapacible.
Tras debatir el tema en el grupo de Whatsapp, decidimos posponer la ruta para una mejor ocasión, aunque quedamos en reunirnos a la hora de siempre, las nueve, para salir igualmente pero por los alrededores del pueblo, sin desplazarnos a ningún sitio.
Como no podía ser de otra manera, sólo tres "valientes" nos dimos cita en la Plaza Mayor, Eltiolavara, Horacio y Rafa, que enfundados con el chubasquero, estábamos dispuestos a quitarnos "el mono" de bici a pesar de las inclemencias meteorológicas.
Bajo una pertinaz lluvia y con la idea de hacer una ruta cortita, comenzamos a rodar tirando como las cabras....¡¡pal monte!!, para lo que salimos del pueblo por el camino de San Martín, ascendiendo por un terreno "pegajosillo" en algunos tramos, aunque ciclable sin problema alguno, eso si, usando "el molinillo" más que de costumbre.
Llegamos a la "casa de la Coneja" y giramos a la derecha para continuar ascendiendo, aunque más levemente, por el camino que pasando entre el cerro de La Puebla y el cerro Temblón lleva hasta el antiguo camino de Pelayos, aunque nosotros nos desviamos a la izquierda para tomar un camino de bajada entre los pinos por el que salimos a la Cañada de Talavera.
Recorrimos unos metros por la Cañada de Talavera hasta desviarnos a la izquierda donde una barrera para ascender con dirección hacia el cerro de Las Mucas, que después bordeamos por un bonito camino que transcurre por su ladera sur hasta salir a un cortafuegos que baja desde la cima del cerro hasta la laguna del arroyo de Las Labores.
Bajamos por el cortafuegos y ya casi junto a la laguna Eltiolavara tuvo un leve percance cuando "su burra" se fue de delante por el barro y le "descabalgó", aunque por fortuna sin consecuencias.
Continuamos la marcha incorporándonos a la Cañada para pasar junto al antiguo vertedero y desviarnos posteriormente a la derecha para tomar el camino que enlaza con la conocida trialera que baja desde el cerro Pocito hasta el embalse de Picadas, por la que tuvimos que bajar prudentemente por lo resbaladizo de las piedras y raíces.
Nos incorporamos a la vía verde de Picadas y comenzamos a rodar con dirección a la presa, pasando por dentro del túnel, donde a la salida y a cubierto de la lluvia hicimos la "parada barrita" de la jornada. Después de reponer fuerzas, reanudamos la marcha mientras por fin poco a poco la lluvia disminuía y aparecían los primeros rayos de sol.
Tras pasar por el muro de la presa, y aprovechando la ocasión de ser pocos, nos vino la "vena furtiva" y decidimos explorar un caminito del que no daremos más detalles para evitar "problemillas", resultando ser un camino precioso aunque sin salida, lo que nos obligó a volver sobre nuestros pasos hasta la carretera de Picadas, por la que ascendimos y luego descendimos hasta desviarnos a la derecha para tomar el camino que transcurre por detrás del Safari Park.
Con la sensación de ir "pinchados" por el comportamiento de las ruedas con el barro, recorrimos el camino hasta llegar a "El Rececho", donde cruzamos la carretera M-507 para enlazar con el trazado del antiguo ferrocarril Madrid-Almorox y regresar al pueblo.
Al final lo que iba a ser una salida "de un ratillo", se ha convertido en una ruta como cualquier día, en la que tres valientes hemos desafiado la climatología disfrutando del campo y de la bici en una jornada en la que hemos recorrido unos 35 kilómetros sin importarnos la lluvia que nos ha acompañado durante casi toda la ruta.




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