No se
sabe si porque la previsión del tiempo daba "cuatro gotas", por
resaca, o porque con la lluvia del sábado el personal no quería manchar la bici
de barro, pero hemos pasado de casi poner el cartel de "No hay
billetes" el domingo pasado a juntarnos únicamente cuatro para hoy,
Eltiolavara, Edu, Pedro "Kubala" y Rafa.
Después
de los "minutos de cortesía" oportunos por si aparecía alguien más,
comenzamos la ruta saliendo del pueblo por el camino de los Palomares hasta
enlazar con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que
llegamos hasta la finca "La Blanca", donde nos desviamos a la derecha
hasta llegar al arroyo del Espadañal, donde nos desviamos a la derecha para en
paralelo a su cauce, comenzar el ascenso hacia El Encinar.
A
diferencia de hace quince días, esta vez ya "estaba estudiado" donde
nos teníamos que desviar para evitar quedarnos colgaos sin sendero a mitad de
la ladera, así que en un momento de la ascensión tomamos un desvío a la derecha
para continuar subiendo por un sendero cuesta arriba por el que salimos al camino
de Majanal a pocos metros del alto.
Cruzamos
después el camino que sube desde Las Hoyas y bajamos hacia el arroyo del Charco de
Cahorzo, donde nos desviamos a la izquierda para tomar el senderito que
descubrimos hace poco y que nos llevó hasta el cortafuegos que bordea El
Encinar en 5ª fase.
Pasamos
una valla para salir a otro camino que bordea la urbanización por el que
llegamos hasta la pista que va hacia Pinar de Almorox, a la que nos
incorporamos durante un tramo, para algo más adelante desviarnos a la derecha
por un camino inédito por el que haciendo frente a una buena subidita salimos
al camino que sube hacia El Encinar, por el que continuamos subiendo hasta la
pista que baja de El Encinar a El Romillo tomando después el cortafuegos que
bordea la urbanización y que después discurre en paralelo a la carretera M-507.
Cruzamos
la carretera y realizamos la "parada barrita" de la jornada, y tras
unos minutos de charla con un grupillo de Almorox, reanudamos la marcha rodando
unos metros por la Cañada de Talavera hasta desviarnos a la izquierda por un
camino entre los pinos que después se convirtió en sendero y que nos llevó
hasta la laguna de Pozo Alcornocoso, que dejamos a nuestra izquierda para
continuar rodando por un sendero en paralelo a la N-403 y que después nos llevó
en otra subidita en paralelo a la pista asfaltada hasta la Cañada de Talavera,
donde Edu dejó el grupo para dirigirse a El Encinar.
El
resto cruzamos la puerta y rodamos durante unos metros por el asfalto, para
después desviarnos a la derecha en una barrera y por un senderito enlazar con
el cortafuegos que bordea la finca de Las Tejoneras por el que después de un
par de bajadas "de vértigo" y unos buenos tramos
"pegajosos" llegamos al camino de San Martín de Valdeiglesias.
Pusimos
rumbo al pueblo, pero antes de empezar el descenso, nos desviamos para
dirigirnos hacia donde estaba la explotación ganadera de Jose, donde desde el
cerro de Las Caleras disfrutamos de unas bonitas vistas del pueblo.
Continuamos
la marcha bajando hasta enlazar con el camino de Pelayos, que abandonamos tras
unos metros para desviarnos a la derecha y tomar el senderito que conduce hasta
detrás de los depósitos, donde con el terreno ideal para bajar disfrutamos como
enanos.
De los
depósitos bajamos hacia el camino de Pelayos junto a la finca de Loren, donde
terminamos la ruta a eso de las doce y media después de recorrer
"sólamente" 26 kilómetros, pero que según estaba el terreno en muchos
tramos nos pusieron las piernas "bien duritas".
A
pesar de la amenaza de "cuatro gotas", ha hecho una mañana de lujo,
sin caer ni una gota y con una temperatura ideal para las alturas de año que
estamos. Y encima la ruta nos ha salido preciosa, de mucho senderito y con
algunos nuevos tramos inéditos que hemos descubierto.
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