lunes, 20 de enero de 2014

Domingo 19 de enero de 2014 (Desafiando a la lluvia)



Jornada lluviosa (al menos en principio) para este domingo, lo que ha hecho que únicamente nos diéramos cita en la plaza a la hora de siempre los dos "frikis" del Club, Eltiolavara y Rafa, así que tras unos minutos de cortesía sabiendo que no se iba a presentar nadie mas, enfundados en el chubasquero comenzamos la ruta de hoy.
Salimos del pueblo por el camino de los valles, bajando después hasta el arroyo de los Arrofresnos para tras unos metros de subida enlazar con el camino del Majanal y tomarlo en sentido ascendente con dirección hacia El Encinar, haciendo un poco de exploración por un sendero hasta salir a la barrera de siempre, donde nos encontramos que habían puesto una puerta.
Pasamos la puerta y atravesando la urbanización llegamos a la primera entrada y salimos a la carretera M-507, por la que rodamos durante algo más de dos kilómetros hasta llegar a la Cañada de Talavera. Tras unos metros de subida, nos desviamos a la derecha abandonando la Cañada para investigar un camino por el que nunca habíamos rodado, llevándonos una grata sorpresa mientras disfrutábamos del ascenso entre los pinos y que nos llevó a salir a la Cañada junto a la pista asfaltada.
Bajamos por la cañada la cuesta asfaltada y nos desviamos a la derecha para tomar el camino de San Martín a Villa del Prado, pero en vez de regresar al pueblo continuamos la marcha para enlazar con el camino de Villa del Prado a Pelayos, echándole "un par de eggs" para bajar por un cortafuegos.
Tras la bajada, cruzamos el camino de Pelayos y tras pasar por una barrera nos dirigimos hacia el cerro de los Lobos, para bajar después por otro empinado cortafuegos por el que salimos al paso canadiense del "Cuartel del Norte", donde nos incorporamos al camino de Pelayos para comenzar la bajada hacia Villa del Prado.
Antes de llegar al pueblo, nos desviamos a la derecha para investigar un "sendero conejero" que Eltiolavara había descubierto días atrás dando un paseo, y por el que rodando entre los tomillos salimos a una de las últimas curvas del camino de Pelayos, poco antes de llegar al pueblo.
Nos incorporamos al camino, y llegamos al pueblo sanos y salvos a eso de las doce después de hacernos una ruta cortita (unos 25 kilómetros), aunque con unas buenas bajadas y subidas y con algunos tramos de terrenos bastante pesadillos y con unos nuevos caminos y senderos apuntados en nuestro "libro de rutas futuras".
A pesar de que empezamos la mañana lloviendo, sólo fue un poco al principio, ya que poco a poco fue clareando y quedándose una mañana de lujo para la bici, de la que únicamente disfrutamos dos, el resto........... en su casa como es normal.



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