Después de la experiencia de "La
Crujebielas", esta vez emprendíamos ruta desde el pueblo, reuniéndonos a
las nueve en la Plaza Mayor los integrantes del Club Eltiolavara, Javichy, Jose
"El Mara", Lorenzo, Perejil, Antonio "Granaíno" y Rafa, a
los que se ha unido Paquito "El Máquina".
Por darle a Perejil el capricho
de elegir ruta, hemos salido del pueblo por el antiguo trazado del ferrocarril
con dirección hacia La Poveda, donde al llegar a la carretera hemos girado a la
izquierda hasta tomar el camino que conduce a hasta la carretera M-507 junto al
vivero. Tras cruzar la misma hemos continuado por el camino que discurre por
detrás del Safari Park hasta la carretera de Picadas, a la que nos hemos
incorporado para dirigirnos hacia la presa y tomar a continuación la via verde.
Ante el asombro de los presentes,
Perejil emprendió la subida por el morro, continuando todos detrás aunque cada
uno al ritmo que podía. Tras la subida, continuamos por la carretera que
comunica la urbanización "El Morro" con Navas del Rey, atravesando el
pueblo para continuar después por el pinar con dirección a la carretera de
Robledo, donde Javichy abandonó el grupo y a la que nos incorporamos durante
poco más de un kilómetro hasta llegar al comienzo de la pista que sube hacia la
antena que hay sobre el "cerro de las Cabañas del Rejón", donde nos
dispusimos a hacer frente a las duras rampas que conducen hasta arriba mientras
disfrutábamos de las bonitas vistas durante el ascenso pudiendo contemplar las
antenas de la estación de la NASA.
Con una buena dosis de calorcillo
llegamos todos arriba, donde tras unos minutillos de relax y avituallamiento
continuamos la marcha hasta el GR-10, donde pusimos rumbo hacia el embalse de
San Juan disfrutando de un rápido descenso. Nos incorporamos después durante
unos metros por la carretera M-501 hasta enlazar con la vía de Picadas, donde
como si no hubiéramos tenido ya suficiente subida, hicimos frente a la subida
de la depuradora y a continuación "las eses" por el camino de
Pelayos, con Perejil bastante pegaíllo.
Ya sólo quedaba descender hasta
el pueblo, partiéndose el grupo en dos, Eltiolavara, Mara y Rafa se desviaron
para tomar el sendero de detrás de los depósitos, mientras el resto continuó
hasta el pueblo por el camino de Pelayos.
En el pueblo esperaban unas merecidas
cervecitas prometidas por Eltiolavara para celebrar sus "51 castañas"
y con muchas ganas de seguir pedaleando.
En una mañana ideal para nuestro
deporte, nos ha salido una ruta durilla de kilómetros, que nos hemos hecho a
buen ritmo llegando al pueblo a la una con una buena palicilla en el cuerpo y
después de pasar una buena jornada de MTB en buena compañía.
El próximo domingo, más.
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