Jornada gris y con previsión de lluvia la amanecida hoy, lo que al menos ha impedido que hubiera unas temperaturas tan bajas como en los últimos días, en los que se llegó a los tres grados bajo cero y con unas buenas “pelonas”.
Aún así, no ha sido impedimento para que en la Plaza
Mayor a nuestra hora habitual nos diéramos cita un cuarteto compuesto por
Eltiolavara, Horacio, Nachete y Rafa.
Minutos después de las nueve echamos a rodar
abandonando el pueblo por el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox
para posteriormente desviarnos a la izquierda para dirigirnos hacia el camino
del Molino de los Rodeles y continuar por detrás del Safari Park hasta la
carretera de Picadas.
Nos incorporamos a la carretera de Picadas para
dirigirnos hacia la presa y tomar a continuación la vía verde de Picadas, donde
pudimos contemplar los desprendimientos que se habían producido a causa de las
últimas lluvias y que en un tramo nos obligó a “cargar con las bicis a la
espalda” para poder pasar.
Recorrimos toda la vía verde y nos incorporamos a la
Cañada de Talavera, por la que ascendimos algo más de un kilómetro para después
descender por un cortafuegos y dirigirnos hacia Pelayos de la Presa, bordeando
el pueblo junto a la carretera M-501 hasta llegar a la carretera M-541 y
ascender por ella durante un par de kilómetros.
Tras una leve paradita en la fuente para “tomar aire”,
nos desviamos a la izquierda para tras unos metros por un camino tomar un
sendero junto al arroyo de Valdenoches y realizar un durillo ascenso por las
condiciones del terreno recorriendo la zona de La Bizca hasta llegar a un
cortafuegos por el que continuamos ascendiendo para posteriormente enlazar con
el camino de Villa del Prado a San Martín de Valdeiglesias, por el que pusimos
rumbo de regreso al pueblo.
Como es habitual cuando volvemos por ese camino, antes
de afrontar el descenso final nos desviamos a la izquierda para tomar el camino
que “faldea” el cerro Lucía hasta enlazar con el camino de Pelayos y desviarnos
más adelante a la derecha para tomar el divertido sendero que pasando por
detrás del depósito del agua nos llevó de regreso a Villa del Prado.
Al final nos ha salido una buena rutilla de unos 37
kilómetros en la que nos hemos dado una buena palicilla debido a lo blando del
terreno en algunas ocasiones, y aunque la previsión era de lluvia, únicamente
nos ha acompañado por momentos un “Txirimiri”, con lo que hemos podido
disfrutar de una temperatura agradable para la época del año que estamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario