Tras el “paréntesis” en nuestras salidas motivado por
la declaración de “Estado de Alarma” debido al Coronavirus, por fin volvíamos a
quedar un domingo por la mañana para una salidita en bici y disfrutar
reuniéndonos de nuevo tras muchas semanas sin poder hacerlo.
En esta ocasión y por evitar el calor, habíamos
decidido adelantar la hora de salida a las 8,00 horas, y en la Plaza Mayor a
esa hora nos hemos reunido un estupendo grupo compuesto por los miembros del
Club Eltiolavara, César, Horacio, Alberto y Rafa, uniéndose también a nosotros
Pablo, Kike, David, Claudio y Juan, algunos “habituales” compañeros de ruta.
Para variar, decidimos tirar “p’arriba”, abandonando
el pueblo por el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias, y subiendo a buen
ritmo (unos más que otros) los casi cinco kilómetros de ascensión hasta llegar
al alto en la ladera del Cerro Lucía, donde hicimos una parada de
reagrupamiento para “tomar un poco de aire”.
Continuamos después la marcha por el camino para unos
metros más adelante desviarnos a la derecha tomando otro camino por el que
continuamos ascendiendo suavemente por la ladera del Cerro de la Puebla hasta
llegar a un “alto” entre este cerro y el Cerro Temblón, donde nos desviamos a
la izquierda para comenzar a subir de nuevo por un cortafuegos “recién
pasadito” el bulldozzer.
Tras unos metros de subida por el cortafuegos nos
desviamos a la izquierda para tras una barrera incorporarnos a un camino que
recorre toda la falda del Cerro de la Puebla durante “poco más” de un kilómetro
con unas buenas vistas hacia el sur hasta salir al cortafuegos que va desde la
cima del cerro de la Puebla hasta el camino de San Martín (y que separa los
términos municipales de San Martín y Villa del Prado).
Después de hacernos una fotito de grupo con las vistas
que desde allí había, atravesamos el cortafuegos y tomamos un sendero por la
cara norte del Cerro de la Puebla, donde tuvimos que “hacer frente” a un rampón
del 28% de inclinación donde la mayoría del grupo tuvo que poner “pie a
tierra”, descendiendo después hasta la Cañada de Talavera y cruzando la misma
para a continuación comenzar a ascender por el camino de Valdenoches por la
cara sur del “Alto de la Mira”
De nuevo otra buena rampa con tramos de hasta el 23%
donde algunos tuvieron que “patear” algunos metros hasta llegar al alto, continuando
de frente para descender por el cortafuegos muy “suelto” hasta enlazar con el
camino de La Fuenfria (Camino de San Martín), por el que tras rodar unos metros
nos desviamos a la izquierda para internarnos en la finca de “La Granjilla”,
por donde disfrutamos de un divertido descenso que nos condujo hasta la
carretera M-541.
Cruzamos la carretera y tomamos un camino de una viña
por un claro para después internarnos en una zona de pinos rodando por un
sendero hasta llegar al “alto de Castillejos”, donde tranquilamente hicimos la “parada
barrita” de la jornada.
Tras reponer fuerzas continuamos la ruta realizando un
divertido descenso por el sendero de “las piñas” hasta enlazar con el camino de
la Fuenfría, por el que ascendimos unos metros hasta desviarnos a la izquierda
y tomar otro sendero para internarnos en la dehesa del Canto del Guarro para
seguir disfrutando de los senderos recorriendo la zona de “El Riscadero” hasta
llegar a la explanada de “La Cancha”, desde donde tomamos el sendero por el que
recorriendo la zona de “La Corcobada” llegamos hasta la carretera M-541.
Descendimos unos metros por la carretera hasta una
fuente para reponer “líquido elemento” y hacernos una fotito y volvimos a
ascender para tomar el camino con dirección hacia el cerro de Valdenoches,
aunque como la mañana “iba de cortafuegos”, abandonamos el camino y nos
desviamos a la izquierda para tomar un cortafuegos por la ladera del “Alto de
la Mira” y a continuación un sendero por el que descendimos hasta las cercanías
de la carretera M-501.
Rodamos en paralelo a la carretera M-501 hasta bordear
el cerro del Cubo e incorporarnos al trazado de la vía verde del embalse de
Picadas.
Como es últimamente habitual en cuanto “el personal”
ve el llano…..Algunos se pusieron a tirar como si “no hubiera mañana”, mientras
que otros se lo tomaban con más tranquilidad y disfrutaban del paisaje.
Después de recorrer la vía verde y ascender después
por la carretera, bajamos hasta enlazar con el camino que transcurre por detrás
del detrás del Safari Park hasta conectar con el camino del Molino de Rodeles
que nos llevó junto a la carretera M-507 a la altura de El Rececho, donde
cruzamos la carretera para incorporarnos al antiguo trazado del ferrocarril
Madrid-Almorox y regresar al pueblo.
Al final nos ha salido una bonita y durilla ruta de
unos 47 kilómetros en la que hemos tenido de todo, subidas, bajadas y llanos, y
podemos “dar el visto bueno” al trabajador del bulldozzer, por los tramos de
cortafuegos que hemos recorrido.
Pero lo mejor ha sido el volver a juntarnos un grupo
estupendo después de tanto tiempo sin poder compartir una jornada de domingo y
volver a disfrutar de nuestro deporte con nuestro buen rollo habitual.
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