miércoles, 13 de diciembre de 2017

Domingo 10 de diciembre de 2017 (Mañana bajo la amenaza de la lluvia)



En una jornada que amaneció con un cielo “plomizo” y bajo la amenaza de lluvia, nos hemos reunido a la hora habitual en la Plaza Mayor de Villa del Prado un cuarteto compuesto por Eltiolavara, Mariano, Horacio y Rafa.
Para la mañana de hoy estaba previsto dirigirnos hacia la zona de San Martín de Valdeiglesias para disfrutar de los senderos que por allí hay, por lo que para dirigirnos hacia allí comenzamos a pedalear unos minutos después de las nueve de la mañana dirigiéndonos hacia el norte para tomar el antiguo camino de San Martín de Valdeiglesias a Villa del Prado, entrando así pronto “en calor” como es habitual durante los meses invernales.
Realizamos toda la subida a buen ritmo hasta llegar al alto en la ladera del cerro de Santa Lucía, desde donde podíamos observar como el “horizonte” estaba cubierto por unas nubes negras que tenían “muy mala pinta”.
Continuamos la marcha hacia la Cañada de Talavera, cruzando la misma para incorporarnos al camino de San Martín de Valdeiglesias recorriendo el camino-cortafuegos y pasando junto al “Canto del Pichón” hasta enlazar con el camino de La Fuenfría, por el que llegamos hasta la carretera M-541.
Ante la mala pinta que tenía el cielo, decidimos “posponer” para otro día la ruta prevista y no alejarnos tanto del pueblo, por si la cosa (meteorológica) se ponía fea, por lo que tras atravesar la carretera continuamos durante unos metros por el camino de la Fuenfría hasta desviarnos a la derecha para tomar una trialera por la que bajamos hasta la zona de “La Cancha”, aunque teniendo que poner pie a tierra en algunas ocasiones, ya que las motos han dejado la trialera “hecha una mierda”, y sólo apta para expertos.
Enlazamos a continuación con diversos senderos por los que llegamos hasta las cercanías de la carretera M-501, que teníamos intención de cruzar pero que tuvimos que “olvidarnos del tema” dada la gran cantidad de coches que llevaba debido a la vuelta del puente, por lo que tomamos un camino en paralelo a la misma con dirección hacia Pelayos de la Presa.
Ya en las cercanías de Pelayos pasamos bajo la carretera por un tubo para de nuevo continuar por diversos senderos hasta llegar al camino de Los Molinos, con una “paradita intermedia” para reponer fuerzas y hacernos la fotito habitual de grupo.
Nos incorporamos al camino de Los Molinos y desde allí pusimos rumbo hacia el cerro de San Esteban, donde cruzamos durante unos metros la urbanización “El Mirador de Pelayos” para enlazar con lo que nosotros llamamos “los toboganes”, un divertido sendero sube-baja entre los pinos que transcurre en paralelo a la carretera por el que llegamos hasta las cercanías del monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias.
Como íbamos bien de tiempo, decidimos asomarnos al muro de contención del embalse de San Juan, por ver desde allí el bajo nivel de agua del embalse, por lo que continuamos por unos senderos que nos llevaron justo al comienzo del muro, recorriendo la totalidad del mismo.
Tras contemplar lo “penoso” que se encuentra el embalse, descendimos hasta la gasolinera de Pelayos de la Presa, donde tuvimos que incorporarnos durante unos metros a la carretera M-501 (con mucha precaución debido al tráfico) para enlazar con la vía verde de Picadas.
Teníamos intención de regresar al pueblo realizando la subida de “la depuradora”, pero unos carteles informaban de que había montería en la zona, por lo que abandonamos la idea para incorporarnos a la vía verde de Picadas y “a toda leche” llegar hasta el muro de la presa para continuar después con el ascenso por la carretera y posterior descenso hasta enlazar con el camino que transcurre por detrás del detrás del Safari Park, por el que rodamos hasta conectar con el camino del Molino de Rodeles que nos llevó junto a la carretera M-507 a la altura de El Rececho.
Atravesamos la carretera y enlazamos con el antiguo trazado del ferrocarril Madrid-Almorox, por el que (para variar) con el aire en contra realizamos los últimos kilómetros de la ruta.
Aunque hemos acortado el recorrido previsto inicialmente, nos hemos marcado una bonita ruta de unos 46 kilómetros en la que hemos disfrutado de muchos senderitos y finalmente nos hemos librado de la lluvia aunque de vez en cuando caían algunas gotas.

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